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La peligrosa tentación de los 2.600 millones

La peligrosa tentación de los 2.600 millones

Captar el rédito de una obra de 2.600 millones de pesos es una tentación para cualquier dirigente político. Y más en una etapa preelectoral.

Eso explica la batalla silenciosa que se dio la semana pasada en Buenos Aires, durante el acto de licitación del Plan Director de Cloacas para Roca.

El proyecto fue presentado en noviembre del 2016. El diseño es propiedad exclusiva del Departamento Provincial de Aguas y por eso quienes estamparon sus firmas en el convenio final fueron el titular de ese ente, Fernando Curetti, y el ministro de Obras Públicas, Carlos Valeri.

Pero los fondos serán aportados por Nación, a partir de un crédito del BID. De ahí la generosidad de las autoridades del Enohsa con la “compañera” María Emilia Soria, quien tuvo el privilegio de sentarse en la mesa principal para la apertura de sobres.

En su plan de capitalización inmediata, la intendenta recordó que sin la intervención de su hermano Martín -durante su etapa como diputado- no se habría podido garantizar la partida correspondiente en el Presupuesto Nacional.

Lo que también incluyó fue una referencia más lejana: dijo que su padre Carlos presentó el proyecto y “peleó muchísimo” para que se concrete.

El ninguneo causó enojos dentro de la órbita provincial. Desde allí recordaron que el proyecto original data del 2010, cuando Soria era intendente, pero que fue mucho mayor el aporte de los técnicos del DPA que la influencia política del líder peronista durante ese año y el siguiente.

Al margen de esa disputa por el bronce, lo concreto es que la inversión en infraestructura más alta que se recuerde en décadas comenzará a hacerse visible cuando la ciudad esté en plena campaña proselitista.

Y esa es la singularidad que transforma al Plan Director en un arma de doble filo.

Soria se diferenció de la gobernadora Carreras, quien admitió días atrás en Roca que las obras de cloacas no son prioritarias para la agenda política, porque es difícil buscar votos en lugares donde los caños están enterrados.

“Los vecinos se acuerdan de quién hizo cada cosa”, refutó la jefa comunal durante la entrevista radial en la que confirmó que irá por la reelección.

Y parada sobre esa misma certeza, agregó un mensaje que muestra los límites angostos que ofrece la “mega-obra” cloacal para quien quiera usarla con fines electorales.

La intendenta pidió paciencia a los roquenses, porque durante 30 meses muchas calles de la ciudad estarán intervenidas y serán intransitables.

En esas palabras aparece claro que el Plan Director es una oportunidad hoy, cuando todavía se habla solamente del monto multimillonario de la inversión, pero también es un riesgo.

Nadie sabe cómo reaccionarán los vecinos ante la destrucción de sus calles. Y si no existe una gestión adecuada del plan de trabajos, la disputa actual por aparecer como el padre o madre del proyecto podría significar la puerta de entrada a un problema.

Sería paradójico, pero no imposible: 2.600 millones de pesos pueden impulsar la imagen de un candidato, pero también empujarla hacia abajo con fuerza.

(Gentileza lacomuna)

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