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La Policía llegó a un garito y se escuchó ¡no va más!

La Policía llegó a un garito y se escuchó ¡no va más!:

Una denuncia anónima le permitió a la Brigada de Investigaciones de Roca detectar un casino clandestino que fue desmantelado el pasado sábado. A la quinta ubicada en cercanías de J.J. Gómez llegó la Policía con una orden judicial que autorizaba el allanamiento, en el interior se encontró a varias personas jugando a las cartas, con fichas para apostar y dinero en juego en cada una de las manos. Un hombre quedó sujeto al avance de la causa y además a los presentes se les inició un legajo por violación a las restricciones vigentes por Covid.

Poco antes de las 18 del sábado, la Policía irrumpió en una quinta de Villegas y Martín Fierro, del barrio Belgrano, en cercanías de J.J. Gómez. Al llegar notaron que había una importante cantidad de vehículos estacionados en el interior del predio y al ingresar a la vivienda comprobaron que se encontraban jugando al póker y apostando con fichas de casino que obviamente tenían un costo para los apostadores.

También fue convocado el municipio, que labró un acta por incumplimiento a las restricciones vigentes y se conoció ayer que el tribunal de faltas municipal resolvió aplicarle una multa de 230 mil pesos al dueño de la vivienda. En tanto que el resto de los apostadores, unas 15 personas, fueron identificadas y desde el Ministerio Público se les inició una causa por desobediencia al artículo 205 del Código Penal, por violar las restricciones vigentes por Covid.

Esta multa aplicada por el municipio no será la única sanción que deberá afrontar el dueño de la vivienda, ya que como anfitrión será acusado formalmente en la Justicia por ser el organizador de un casino clandestino sin ningún tipo de autorización ni regulación. 

La fiscalía ordenó secuestrar como material de prueba varios mazos de cartas, paños que se colocaban arriba de las mesas y varios portafolios con fichas. También había una mesa dedicada a los dados, en la que también los apostadores hacían apuestas y la casa recaudaba un porcentaje importante del dinero que se movía en cada una de las tiradas.

La persona que regenteaba el garito puede llegar a recibir una pena de 3 a 6 años de cárcel por violar el artículo 301 bis del Código Penal. Un delito que en caso de obtener la pena mínima puede ser excarcelable, todo dependerá de los antecedentes del acusado.

 

Gentileza mejorinformado

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