Hace décadas ya que la ruta nacional 22 sigue en obra y sin terminar. Entre General Roca y Cipolletti se suceden tramos de desvíos, apenas señalizados con tambores, alguna cartelería que se ha ido desvirtuando y muy mala iluminación. En horas nocturnas, las posibilidades de tener algún siniestro se incrementan.

Anoche, un conductor de 66 años bajaba de uno de los puentes elevados para tomar el acceso a Fernández Oro, a 500 metros del sector conocido como La Criollita. Pero por causas que se están analizando, terminó impactando contra uno de los tambores de prevención y el vehículo se despistó.

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El hombre perdió el control del automóvil, dio un vuelco y terminó en una chacra. Para su fortuna, las personas que pasaban por el lugar pudieron avisar al centro de emergencias y una ambulancia lo traslado al hospital.

Personal del Cuerpo de Seguridad Vial y los bomberos de la localidad estuvieron trabajando en el lugar para despejar el espacio y realizar las pericias accidentológicas.

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Ni bien se conoció el hecho en las redes sociales, los vecinos estallaron indignados por la falta de decisión para terminar una obra que ya lleva demasiado tiempo sin terminar, provoca enormes demoras para los usuarios habituales, daños en los vehículos y siniestros que pueden ser fatales.