La soleada tarde de domingo, dentro de un fin de semana largo, no mostraba demasiados vehículos en la siempre complicada ruta 22. Por ende tampoco debía haber muchos controles. Al menos eso pensó un joven de 23 años que poco le importó la procedencia y de qué manera fue faenada la vaca, sin embargo cargó los más de 300 kilos en diferentes bolsas y partió rumbo a su domicilio. Sin embargo la Policía le impidió cumplir con el sueño de disfrutar carne barata.

Cerca de las 15 de ayer, a la altura del kilómetro 1190 de la ruta Nacional 22, en cercanías de la Estación Experimental Inta Alto Valle en Guerrico, en un procedimiento conjunto entre la Policía de Río Negro y la Agencia Nacional de Seguridad Vial, se logró incautar 304 kilos de carne vacuna que eran transportados en bolsas negras de residuos de consorcio dentro del baúl de un auto particular.

Al llegar al lugar, y de manera absolutamente casual, los uniformados detuvieron la marcha de un Chevrolet Astra gris, que transitaba en sentido este-oeste, con destino a Allen. Al solicitarle que abriera el baúl, el joven conductor de 23 años no puso resistencia, y ante la requisitoria para saber que había en el interior de las bolsas, reconoció que llevaba carne que de un animal que había sido faenado y despostado unos minutos antes.

Al hacerle saber que estaba violando las normativas vigentes, no sólo al traslado de carne sin ningún tipo de control sanitario ni cadena de frío, sino también con respecto al origen del animal, el joven no puso resistencia. Un móvil policial tuvo que escoltarlo hasta el destacamento caminero de Paso Córdoba, donde se secuestró la mercadería transportada de manera irregular y se procedió a la incineración. En tanto que el conductor quedó involucrado en una causa judicial.