El acuerdo paritario entre las cámaras empresarias del sector mercantil y la Federación de Empleados de Comercio arrojó un incremento salarial corregido del 54 % para el período abril ’21 – marzo ’22, con un piso salarial que se estableció en $ 90.000. Un incremento que originó preocupación en el sector comercial de nuestra ciudad y una gran inquietud sobre cómo afrontar el pago de los próximos salarios.

Hubo algunas reuniones informales en la Cámara de Agricultura, Industria y Comercio, que manifestó la preocupación del sector ante un aumento y la forma en que podrán afrontarlo. El tema también fue motivo de conversación entre muchos comerciantes que se vieron sorprendidos por el anuncio realizado en Buenos Aires. Y advirtieron sobre la tentación de volver a la informalidad, una idea que ya pasó por varias cabezas.

“En realidad – expresó la Cámara  -, la discusión no debe pasar por el monto del salario. Por lo contrario, si el giro del negocio es capaz de absorberlo y mantener una rentabilidad acorde, estaría bien. Pero cuando no hay rentabilidad, se dejan de pagar obligaciones, y lentamente la actividad se va extinguiendo”.

Los pequeños comerciantes locales resaltaron que no están en contra de los aumentos pero reclaman ser tenidos en cuenta a la hora de las grandes decisiones macroenómicas. Medidas específicas como “reducación de cargas patronales, baja de impuestos y tributos y facilitar el acceso al financiamiento, porque con las altísimas tasas de interés es imposible acceder al mismo”.

“Hoy el ambiente para una Pyme es altamente agresivo, con mucha competencia informal. Es imperioso tomar medidas de alivio fiscal, segmentando por tamaño de empresa, otorgar incentivos para la vuelta a la formalidad, o nacimiento de nuevos emprendimientos. Con la carga tributaria actual, nadie quiere comenzar formalmente”, resaltó la CAIC.

La paritaria nacional fue cerrada por los representantes de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), la Confederación de Actividades Mercantiles (CAME), y la Unión de Entidades Comerciales Argentinas (UDECA), con la Federación de Empleados de Comercio que históricamente conduce Armando Cavallieri.

“Una actividad que se sostiene gracias a salarios bajos no es viable”, reconoce. Significa “mayor retracción del consumo, menos actividad económica, menos ingresos al estado. Un círculo vicioso. Debemos cambiarlo a circuito virtuoso, Salarios dignos, colaboradores capacitados y motivados, más emprendimientos, más empleo formal y digno, mayor recaudación para el estado. Ningún empleador está contento con que el sueldo de sus empleados no les alcance. El dilema, es lograr los recursos para abordarlos”, puntualizaron desde la CAIC roquense.

La Cámara recordó que durante la pandemia “se siguió abonando alquileres, salarios y mercadería que no se podía vender, generando un importante quebranto. Los que pudieron sobrevivir, lo hicieron a costa de vender activos o endeudarse, muchos cerraron y migraron a la informalidad”.

Y recalcaron: “el problema es que la economía no despega, y en este caso la resolución de esa problemática le compete al Estado. Sin plan, sin orden, sin horizonte, se hace muy difícil trabajar”.