Una enfermera ingresó a quirófano para ser intervenida de una apendicitis aguda, pero todo se complicó: un paro cardíaco determinó un cuadro irreversible y hace nueve meses que se encuentra en estado vegetativo. Los hijos analizan la posibilidad de solicitar el mecanismo de muerte digna. Mientras tanto, un médico anestesista fue imputado por mala praxis durante una audiencia judicial.

El hecho se produjo el 27 de septiembre del año pasado, cuando Herminda del Carmen Sandoval – enfermera de terapia intensiva del Policlínico Modelo, de Cipolletti -, contrajo una apendicitis y se decidió una operación. Según pudo determinar la familia – representada por el abogado Michel Rischman -, el anestesista no realizó los controles necesarios y el cuerpo de la paciente entró en paro cardíaco. “Hubo mala praxis y abandono de persona”, denuncian.

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Herminda tenía planeado “una recorrida por la ruta de los Siete Lagos en bicicleta”, lo que da una idea de su estado físico anterior a la intervención, según reveló uno de sus hijos, Ezequiel Jorquera.

Después de administrarle la anestesia, el profesional se ausentó del quirófano y dejó de controlar la situación. “El deber de este profesional es atender el estado del paciente desde que administra la dosis hasta que despierta y se recupera totalmente. Eso no ocurrió. El cirujano se dio cuenta ocho minutos después de que había entrado en paro, por el color marmolado de la piel”, reveló Rischman.

La familia de la mujer resolvió hacer una denuncia penal en diciembre. A partir de esa acción, se realizó un allanamiento para requisar la histórica clínica. “Luego de estudiarla, el Cuerpo Médico Forense determinó que existen suficientes evidencias como para, en un primer momento, entender que hubo responsabilidad del profesional”, puntualizó.

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Esta semana se hizo la audiencia de formulación de cargos contra el anestesista. En forma paralela, desde la familia se estudia si se pedirá ampliar la imputación contra otros integrantes del equipo médico que participó de la intervención.

El caso de Herminda Sandoval recuerda el fallecimiento de Facundo Pablos, un adolescente de General Roca que ingresó por una cirugía programada de oído al Sanatorio Río Negro y murió en el quirófano. Para Rischman, en esta oportunidad “está más clara la responsabilidad” del anestesista. Es que en la causa estaría demostrada la ausencia del profesional en la sala de operaciones.

A todo esto, la familia ya está evaluando la posibilidad de pedir la “muerte digna”, una alternativa para pacientes que se encuentran en una situación irreversible. A diferencia de la “eutanasia”, se pide simplemente que se dejen de realizar intervenciones especiales para mantener con vida a una persona que, como en este caso, se encuentra con muerte cerebral.