En medio del ajuste económico y la reducción del gasto público, el Gobierno del presidente Javier Milei ha pausado el Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia (ENIA), lo cual podría poner en riesgo los avances logrados en la reducción del embarazo adolescente en Argentina.

Según fuentes cercanas al programa, los contratos del personal tienen fecha límite en marzo y los insumos dejarán de abastecerse en abril. Esta decisión se suma a los recortes que sufren otras áreas de asistencia estatal, en medio del desfinanciamiento de políticas de género por parte del gobierno actual.

El Plan ENIA, implementado en 2017, ha sido crucial en la reducción del embarazo adolescente en provincias como Chaco, Formosa y Santiago del Estero. Sin embargo, la falta de recursos y la incertidumbre en torno al futuro del programa pone en riesgo los avances logrados y las mejoras en el acceso a métodos anticonceptivos, educación sexual integral y asesorías en las escuelas.

La decisión de pausar el plan también se alinea con el cierre del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, creado durante la gestión de Alberto Fernández y clausurado por el actual gobierno al momento de su asunción. Esto demuestra una clara desatención hacia las políticas de género y pone en riesgo los derechos de las mujeres adolescentes en Argentina.

El Plan ENIA, que requiere la colaboración entre las áreas de Salud, Desarrollo Social y Educación, tiene como objetivos sensibilizar sobre la importancia de prevenir el embarazo no intencional en la adolescencia, potenciar el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos, brindar información sobre salud sexual y reproductiva y fortalecer políticas para la prevención del abuso y la violencia sexual. Estos objetivos se ven amenazados debido a los recortes y la falta de recursos destinados al programa.

Las estadísticas oficiales muestran que el Plan ENIA ha tenido un impacto significativo en la reducción del embarazo adolescente. La tasa de fecundidad adolescente ha disminuido del 49% al 27% entre 2018 y 2021, lo que representa una caída del 50%. Estos resultados positivos han abarcado dos gestiones presidenciales distintas y demuestran la importancia de políticas de prevención como el Plan ENIA.

Ante esta situación, es fundamental que el Gobierno habilite los recursos necesarios para la continuidad del Plan ENIA y que se prioricen las políticas de género en la agenda estatal. La reducción del embarazo adolescente es una problemática que requiere atención y no puede ser dejada de lado en tiempos de ajuste económico. La falta de inversión en estas políticas podría poner en riesgo los derechos y el bienestar de las adolescentes en Argentina.