De la mano del club roquense Estrella Roja, Messi es uno de los tantos jugadores que está participando del Mundialito Infantil de Clubes de Fútbol que se está realizando en la ciudad y que está pronto a finalizar.

Y sí, se trata de Messi. Pero no «La Pulga» que en estos momentos enloquece al mundo con sus destrezas. Se trata de Messi Daniel Varela, un pequeño de siete años oriundo de nuestra ciudad que lleva con el orgullo el nombre del ídolo de multitudes y sin dudas de sus padres, Lorena y Héctor.

 

El pequeño nació en agosto de 2014 y cuando se supo que se llamaba Messi todo fue un revuelo. Medios de todo el país llamaban a la familia para hacerles entrevistas ya que era el primer bebé en llevar como nombre el apellido del crack rosarino. Y después de eso y con una sentencia judicial de por medio, ya no se pudo utilizar más ese nombre. Así que al menos por ahora no habrá otra persona que se llame así.

El pequeño roquense, nuestro propio Messi, luce con orgullo el número 30 en su ropa de fútbol, el mismo que ostenta el gran Leo.

Con timidez Messi Varela conversa con periodistas de un medio roquense, junto a otros colegas y cuenta que le gusta mirar los partidos del astro rosarino. Lo sigue, le interesa, se inspira y sin dudas que sueña con conocerlo.

Esas particularidades lo acompañan al jugador de Estrella Roja desde muy chico.

La pregunta es constante «Messi, ¿se llama así?», relata Lorena. Durante este mundialito en que el pequeño, que juega como volante, participa con gran pasión junto a sus amigos, su nombre es un detalle que no pasa desapercibido.

«Cuando lo inscribí junto al equipo, cuando aparece en la lista de jugadores, todo el tiempo me consultan si ese es su nombre o es un apodo, si se escribe con doble S, y todas esas cosas», resalta Lorena. A las dos hermanas mayores del niño les sucede también en distintos ámbitos, esto de ser «las hermanas de Messi».

Con esa impronta tan marcada, Messi vive su participación en el deporte, con ganas de jugar y divertirse, sin presiones. Le gusta correr en la cancha, marcar y tratar de hacer goles y seguir soñando, con conocer a su ídolo.