El presidente Javier Milei anunció que enviará al Congreso un paquete de leyes a las que denominó «anticasta». Entre ellas mencionó la eliminación de las jubilaciones de privilegio para presidente y vicepresidente y la penalización como delito «imprescriptible» a funcionarios y legisladores que aprueben «un presupuesto que contemple financiar déficit fiscal con emisión monetaria».

Entre las iniciativas que nombró, dijo que los convenios colectivos específicos que realicen en asociación libre los trabajadores de una empresa «primarán sobre los convenios colectivos del sector». «Vamos a terminar con esa locura de imponerle a la gente las condiciones laborales que define atrás de un escritorio un señor que no trabaja hace 30 años», indicó.

En esa línea, anticipó que una de las iniciativas establecerá la obligación de los sindicatos de «elegir a sus autoridades a través de elecciones periódicas, libres, supervisadas por la Justicia Electoral». Sus mandatos se limitarán a un máximo de 4 años y una sola reelección.

Asimismo, el jefe de Estado agregó que se establecerá que «las personas condenadas por corrupción en segunda instancia no podrán presentarse en elecciones nacionales». En ese sentido, precisó que «todo exfuncionario con condena firme en segunda instancia por delitos de corrupción perderá cualquier beneficio que tenga por haber sido funcionario».

Comunicó también que reducirá “drásticamente” la cantidad de contratos para asesores de diputados y senadores. “Ha sido una práctica común de la política que armen pymes de 30 o 40 asesores cada uno, dilapidando los recursos de los argentinos”, aseveró en su discurso.

Por otra parte, anticipó que «se descontará la jornada de sueldo a los empleados que no vayan a trabajar por paro» y que se eliminará «el financiamiento público de los partidos políticos».

En tanto, el Presidente puso de relieve la importancia, a su juicio, del capítulo laboral del DNU y la ley de Bases y Puntos de Partida que, dijo, «reflejaban algunos de los cambios que queremos avanzar». Sostuvo que esa ley «tiene como norte volver a abrazar el modelo de la libertad que fue manoseada y rechazada por una parte de la clase política que se resiste a cambiar».