Roquenses por adopción, Ernesto y Susana llevan 45 años apostando al desarrollo de la región, y lo que empezó como un emprendimiento de amigos, se ha convertido en una marca patagónica de gran prestigio a nivel país. O como la llaman los vecinos de la ciudad: La Bulonera.

Un encuentro de fechas que hasta podría considerarse caprichoso, hizo que el aniversario de Roca y la fecha oficial de apertura de Bulonera Patagónica, una de las empresas más antiguas de la ciudad, coincidan.

“Nos gusta cumplir años el mismo día que la ciudad, sentimos que somos una referencia. Y hemos tenido una trayectoria de la cual estamos orgullosos”, destaca Ernesto Muruat, socio fundacional de la empresa. 

En sus orígenes, hace 45 años, el pequeño negocio estaba dirigido por Ernesto Muruat y Rodolfo y Julio Carmona (padre e hijo). A partir del `92, la nueva sociedad quedó conformada por Muruat – Lassalle.

Casi roquenses 

Ernesto había llegado desde Misiones para estudiar Ingeniería en la por entonces Universidad de Neuquén (hoy del Comahue) y Susana Lassalle había hecho lo propio desde San Antonio Oeste, también para estudiar, Servicio Social. La vida los encontró y llevan juntos unos 50 años.

Finalmente, Ernesto no se convirtió en Ingeniero y por unos años, ya con una familia de tres (Sabina, Emilio y Jose) se dedicó a la docencia en primaria y nivel medio, profesión para la cual salió formado de la escuela secundaria.

Esa breve experiencia educativa lo vinculó a las escuelas técnicas y le permitió relacionarse con muchas personas que incluso se volvieron sus clientes.

“Roca es un buen lugar para vivir. Los momentos de esplendor de la ciudad hay que mirarlos comparativamente. Hubo momentos en que la ciudad destellaba, tenía gran presencia regional”, comenta Muruat.

Promediando el 76, en un pequeño local que pertenecía a la Sociedad Colombófila en calle Villegas, se instaló la flamante ferretería bajo el nombre de “Bulyn”. 

Nacida para atender puntualmente a un sector industrial que se encontraba en pleno crecimiento, ya pisando los años 80, la firma se convirtió en Bulonera Patagonica, y en un comercio de referencia en la zona, especialmente en la construcción a gran escala.

En aquellos años la ciudad comenzaba a dejar su fisonomía “chata” y los primeros edificios de gran altura comenzaban a cambiar la imagen de la ciudad. 

Tiempo después se trasladaron a calle Avenida Roca y Artigas, y terminaron afianzarse como empresa de referencia, atendiendo a los sectores de la construcción, frutícola y con los años a empresas de servicios petroleros. 

Junto con ese crecimiento exponencial, la firma siempre tuvo una participación activa en la vida de la comunidad, siendo parte de numerosos proyectos sociales y manteniendo un fuerte vínculo con las escuelas, especialmente las de enseñanza técnica. Sin embargo, el perfil bajo caracterizó siempre a Ernesto y Susana. 

La mudanza definitiva a su local de calle Alsina casi Avenida Roca hace 13 años trajo aparejados otros grandes cambios. Llegaron los tiempos de modernizarse, de incorporar nuevas tecnologías, siguiendo así con el proceso iniciado cuando decidieron convertirse en un “autoservicio” con góndolas y línea de caja, a la altura de proyectos de gran envergadura, pero sin perder la atención personalizada. 

En la actualidad, 30 personas trabajan en Bulonera y junto a sus dueños permiten que la firma se siga proyectando y creciendo junto a la ciudad. (un medio local)