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Mosconi, el barrio que marca un cambio de era en Roca

Este histórico lugar de la ciudad, levantado al pie de las chacras, es donde mejor se expresa el cambio de la región. Cómo el boom inmobiliario modificó la realidad.

A 8 kilómetros del centro, el barrio Mosconi mantiene su impronta ante el paso del tiempo. Lo que era un puñado de casas levantadas por obreros rurales se transformó en un espacio de franco crecimiento inmobiliario, donde el contraste entre los viejos y nuevos pobladores es notable.

Entre calles de tierra, álamos y coquetas edificaciones, quedan algunos rastros de ese pasado glorioso para la fruticultura, la principal actividad económica de la región. Este emblemático sector de General Roca conserva la identidad de un paisaje que se vio alterado por el negocio inmobiliario.

Es viernes por la tarde y en Mosconi reina el silencio. Salvo algunos chicos y chicas que juegan en la plaza principal, no hay movimiento. El destacamento policial, ubicado al frente de una calle de tierra de doble mano, parece hermético. Es la hora de la siesta, bajo un brillante sol de otoño, y el lugar parece apagado. “Así es un día normal, es un barrio muy tranquilo”, cuenta Fernando a Gentileza.

Fernando es parte de la cuarta generación de vecinos que eligieron Mosconi para vivir. El primero fue su bisabuelo, que empezó a trabajar la tierra. Lo siguió su abuelo, que dedicó una vida a la producción hortícola. Su padre, con esa escuela de vida, por estos días maneja un reconocido comercio en el ingreso al barrio.

“Si hay algo que caracteriza a este lugar es su tranquilidad. Todos nos conocemos”, relata el joven que viaja a diario al centro para trabajar. “No somos una burbuja, tenemos nuestros problemas, pero este es un lugar lindo para vivir”, cuenta.

Fernando vive en su parcela, que alguna vez fue una chacra productiva, pegada a la avenida Viterbori. Hace varios años, en tiempos que el lote donde reside no estaba dividido, su abuelo plantaba verdura a granel para venderla en varios negocios de Roca. Lo mismo sucedía en el resto de las chacras del lugar, de peras, manzanas o duraznos, que fueron desapareciendo lentamente y en su lugar se levantaron barrios cerrados.

El denominado boom inmobiliario, como sucedió en el resto del Valle, comenzó a avanzar sobre la zona productiva y los trabajadores y trabajadoras que se veían en gran número, lentamente, desaparecieron. “Esto era toda una zona de chacras, ahora es pedazo de la ciudad. Más tranquilo, pero un lugar más al fin”, reflexiona Fernando.

Contrastes

Algunos de los problemas de Mosconi son de arrastre y tienen que ver con la infraestructura, aunque varios fueron resolviéndose por reclamo y acción de los vecinos. Falta de cloacas y asfalto, son los principales, aunque la comuna resolvió otros como el alumbrado público, el agua potable y el gas (uno de los logros más esperados).

El contraste entre el casco histórico, en el que todavía se observa una vieja capilla, la escuela 155 con su biblioteca, y una residencia universitaria en el inmueble del espacio religioso “Dulce Nombre de María”, se muestra en el estado de las calles. “Es difícil cuando llueve”, advierten los vecinos que ven como a menos de 200 metros, los lugares cerrados, tienen óptimas vías de tránsito.

El Municipio, primer blanco de críticas por ese tipo de dificultades, trabaja para mantener presencia en el lugar. Por eso gestionó la llegada de servicios esenciales, refaccionó el centro comunitario y la intendenta María Emilia Soria evalúa que dependencias nacionales atiendan allí, además de otras gestiones “fundamentales”.

La provincia también hizo lo suyo, sobre todo en el plano habitacional. A través del programa Habitar Río Negro, llegó con viviendas. También aportó al tendido de gas en el denominado loteo Angeloni, la expansión de Mosconi que habitaron los hijos y nietos de los pioneros.

Anclado entre countries, pasando el paseo del Bicentenario y el autódromo de Roca, Mosconi sobrevive al paso del tiempo y es una muestra de aunque los tiempos cambien, algo de la historia queda en el aire.

 Fotos: Elías Laciar

Gentileza anr

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