
Además, utilizaron el espacio para contestar a los dichos del sanatorio y para agradecer el acompañamiento de la comunidad roquense.
Valentín ingresó el jueves 11 de julio por la mañana al Sanatorio Juan XXIII para realizarse una cirugía programada de hernia y, luego de más de tres horas en el quirófano, nunca más despertó. Finalmente, el jueves 18, pasado el mediodía, el pequeño falleció.
La autopsia fue realizada por el cuerpo forense judicial el sábado a las 8:30 de la mañana, con la esperanza de encontrar indicios que puedan esclarecer el fatídico desenlace.
“Dicen que los cuerpos hablan y eso esperamos. Confiamos en los profesionales, el Dr. Bustos y el Dr. Usal, que el sábado 20 de julio le efectuaron la autopsia a nuestro Valentín”, comunicó la familia.
Tras confirmarse el descenso, el pasado viernes el Sanatorio Juan XXIII emitió un comunicado donde, entre otras cosas, señalan que «finalizada la cirugía, el niño sufrió un paro cardiorrespiratorio» y que esta información fue proporcionada a la familia el sábado.
“Tres días después de lo sucedido, ¿un pequeño detalle no?, ¿voluntario o involuntario 72 horas después? Como para citar alguna incongruencia a la hora de informar”, expresó la familia, asegurando que las demás declaraciones ahora dependen del desarrollo de lo denunciado judicialmente.
Por último, la familia agradeció a las miles de personas que los acompañaron desde el primer momento que se supo la noticia y a la gran mayoría de personas que asistieron el viernes a la marcha para exigir justicia por Valentín.
“Que la vida que apagaron de nuestro ‘Valentín’ no sea en vano, que la gente no se calle más la boca (…) En nuestro caso vamos a ir hasta el final para saber qué pasó”, concluyó la familia.