Los días después del crimen de Carlos Soria fueron intensos. Las presiones del aparato político querían influenciar a Justicia. Los integrantes del Superior Tribunal de Justicia estaban cuestionados por haber sido nombrados por el radicalismo que se mantuvo en el poder en Río Negro desde 1983 hasta diciembre de 2011, y que precisamente la víctima del crimen los acusaba de ser conniventes con el poder. Sin embargo el fiscal de la causa, Miguel Ángel Fernández Jadhe decidió rápidamente y pese a los intentos de hacerla aparecer como una adicta al alcohol y a los psicotrópicos, que Susana Freydoz estaba en sus cabales cuando decidió asesinar a su marido de un disparo en la cara durante la madrugada del 1 de enero de 2012.

Durante los días posteriores al asesinato de Carlos Soria, la prensa nacional se instaló en Roca. Los móviles que en enero transmiten cualquier cosa que sucede en las playas bonaerenses, habían cambiado su destino. Toda la atención del país estaba puesta en el crimen del gobernador, el que había sido ministro de Justicia de Eduardo Duhalde en la gobernación de Buenos Aires y que luego llegó a la Secretaría de Inteligencia de la Nación en épocas en que la bonaerense mataba a Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, y que además había cortado con la hegemonía radical rionegrina de 28 años.

Entonces, la figura de Fernández Jadhe se repetía en todas las señales de televisión y fue precisamente con las escalinatas de la Ciudad Judicial de Roca de fondo, que adelantó que «el perito oficial Ricardo Risso no la considera inimputable» como pretendía la defensa y que para él «era imputable» por el crimen.

Fernández Jadhe trabajó junto con el juez Emilio Stadler hasta que decidieron enviar a juicio la causa. Durante histórico juicio, no participó, sin embargo el día de la lectura del fallo, el fiscal se sentó en primera fila de un auditorio repleto y permaneció estoico escuchando los fundamentos de cada uno de los jueces, aunque no estuvo de acuerdo con el atenuante que tuvo la sentencia de 18 años de prisión.

Hace apenas unos meses, Jadhe debía intervenir en una causa de violencia de género en la que estaba acusado Francisco Rubén Norry, hijo del ex juez Rubén Norry, sin embargo presentó un escrito en el que se excusó porque había sido novio de una de sus hijas, la que también había sometido a golpes y ataques. 

Fernández Jadhe se había vacunado y como ya tenía la primera dosis debió volver al trabajo presencial. Se contagió de coronavirus mientras trabajaba y su estado de salud se fue agravando con el pasó de los días. Hace dos semanas le detectaron neumonía bilateral y un día después fue internado en terapia intensiva. Su cuadro se complicó con algunas enfermedades preexistentes y no respondía a las drogas que le aplicaban, finalmente falleció ayer por la tarde.