Si bien la noticia de las últimas horas informa que se logró controlar el incendio de El Bolsón, el combate del siniestro ha sido de los más duros en esa materia de los últimos 25 años de la provincia. Al día de hoy sigue latente el riesgo, es por ello que 42 días después de que se desató el fuego en Cuesta del Ternero, el personal de SPLIF sigue trabajando en la zona.

Nicolás Coronel, tiene 34 años y es uno de los Bomberos Voluntarios de Roca que viajó a la zona andina para aportar su grano de arena. «Arrancábamos a las 8 y terminábamos a las 21» nos cuenta y agrega que «el suelo estaba muy caliente». 

En su relato detalla cómo fue luchar en las primeras líneas contra el fuego: «hay que tener mucho cuidado, el fuego viene muy rápido, los árboles se consumen velozmente ya que los cipreses y pinos tienen mucha resina lo que ayuda a que progrese, si se te cambia el viento te puede encerrar de un momento al otro». 

Tanto Nicolás como varios de los bomberos que fueron desde el Alto Valle, les tocó trabajar en el aeropuerto local ayudando con el camión cisterna, cargando los aviones hidrantes que eran parte vital para intentar contener el avance del fuego.

Entre las cuestiones que destacó fue que  «los compañeros del El Bolsón estaban con nosotros enseñándonos y cuidándonos, es muy riesgoso, nosotros estamos acostumbrados a otro trabajo en nuestra región».

Sin dudas, uno de los momentos que quedará grabado en su mente y en sus retinas fue el acercamiento que había de parte de la comunidad bolsonense: «mucha gente se acercaba, colaborada con nosotros, nos traían comida y agua. Cuando bajábamos del cerro por la calle principal nos recibían con aplausos».

Nicolás Coronel, arriesgó su integridad, lo hace cotidianamente cuando desarrolla sus tareas bomberiles, pero también trabaja en una relojería. Nicolás es padre, marido, amigo y muy importante para su familia, ahora en ese listado, podrá incluir que fue un héroe que combatió en el Bolsón.