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Opinión: Se dice mucho, se hace menos

La afirmación de la intendenta de Roca, María Emilia Soria, sobre la importancia de las obras en los barrios, es parcialmente cierta. Y digo parcialmente no porque la jefa comunal mienta, sino porque los barrios de la ciudad no están tan bien atendidos como ella cree que están.

Lo que sí es real es que desde la gestión de su padre, siguiendo por la de su hermano y ahora mismo, se priorizó la zona norte. Y eso no está mal porque es la zona más poblada de Roca, la que más creció y tal vez la que tiene mayores necesidades.

Pero a la par de esas prioridades, los gobiernos municipales, incluyendo el actual, postergaron una y otra vez las respuestas para el oeste de la ciudad. Desde calle Damas Patricias a JJ Gómez las obras no abundan y hay problemas históricos jamás resueltos.

Si bien los temas del agua y de las cloacas no son asunto municipal, cuando un problema se vuelve crónico sí pasa a ser un asunto también del gobierno local. Y algunos barrios de Roca tienen problemas de años con el agua y las cloacas. Este verano la misma zona norte volvió a padecer el problema, Alta Barda directamente la pasó mal y JJ Gómez tuvo los dramas de siempre con el agua y las cloacas.

No me quiero quedar con la respuesta simple que dice que es asunto de la provincia. El vecino quiere soluciones y no le importa si el que falla es el municipio o la provincia. Cada gestión local es en definitiva la gestora de respuestas. Y si no llegan es la misma jefa comunal quien debe golpear puertas para buscarlas.

El discurso de inauguración del año legislativo fue prudente, sin excesos y conciliador. Y eso resulta saludable. Pero no hay una correlación entre el discurso y la acción municipal, sobre todo cuando se trata de viejos problemas que aún esperan. Se dice mucho, se hace menos.

Pero es un gobierno nuevo, la intendenta Soria tiene tiempo para gobernar con una mirada más abarcativa de la ciudad. Están a la vista los problemas en los barrios y en cierto modo la pandemia frenó muchos reclamos vecinales que por prudencia decidieron silenciar. Es hora de resolverlos.

(Gentileza lacomuna)

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