El lunes, desde las 9 de la mañana, los padres se concentrarán en la puerta del establecimiento y a partir de las 9.30 empezarán a bajar por calle San Juan hasta llegar la sede de Gobierno para hacer entrega de su reclamo. 

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“La idea fue convocar a las familias de la escuela, a los docentes, porteros, comerciantes, asociación que también van a apoyar nuestro pedido por la falta de seguridad que estamos sufriendo en todo este sector de la zona norte” explicó Patricia, una de las madres autoconvocadas.  

En el reclamo estarán presentes Barrios de Pie, la CCC y la Unter a quienes se les elevó una nota en pedido de acompañamiento, además de todos los comerciantes de la zona que fueron convocados. “Hemos recibido un poquito más de respuesta por parte de las familias y de la sociedad de este sector” afirmó la madre. 

Desde la Policía de Río Negro se comunicó la implementación de una guardia permanente afuera del establecimiento educativo. Además, el Ministerio de Seguridad y Justicia estableció que una de las tres cámaras de monitoreo, sea reposicionada frente al establecimiento educativo.

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Sin embargo, los padres expresaron que estas medidas no son suficientes para frenar el problema. 

“Lo que siempre hemos escuchado y nos han dicho es que para esta zona tan grande solamente tienen ocho policías, por eso acá nos van a poner dos policías ahora y para mañana, cuando todo se calme, los sacan porque no tienen personal” afirmó la madre.

En medio del conflicto, ¿Qué está pasando con los chicos?

Las familias tienen miedo porque una de las tantas consecuencias de este ataque a la institución, es que la posible víctima de todo sea un niño. 

“Hay familias que optaron ya por retirar a sus hijos. Lo que queda de este cuatrimestre no los mandaran a la escuela y perderán el año. Optaron por ver el año que viene a que otra institución los puedan mandar” aseveró Patricia. 

En cuanto a los niños, expuso que tienen mucho miedo. “Hoy justamente hablábamos con una mamá que tiene una niña de cinco años que no quiere venir más a su jardín y pregunta qué mal habían hecho ellos para merecer esto”

La madre comentó que desde junio, mes del último tiroteo, los niños practican un protocolo que consiste en tirarse al piso, a modo de esquivar el posible impacto de una bala. 

“Ayer hablábamos con una seño sobre cómo les cortan la ilusión porque en esta época también estaban programadas salidas educativas y actividades con los chicos. Tenemos un séptimo grado que estaba preparando todo para ya terminar su etapa en la primaria y la verdad es que están tristes, consternados y con mucho miedo” concluyó la madre.