Finalmente se produjo el aumento en los combustibles en todo el país. Fue de un 10 % promedio, dependiendo de las marcas y de la región. En General Roca, YPF hizo punta desde la medianoche, y el resto lo fue realizando durante la mañana, a medida que iba actualizando los valores en su sistema informático. Un incremento que era esperado por los estacioneros, que ya habían planteado su preocupación por el retraso tarifario al secretario de Energía, Darío Martínez, durante un encuentro que tuvieron la semana pasada.

El incremento es un castigo al bolsillo de los consumidores, pero era esperado ansiosamente por los estacioneros. A través de diferentes comunicaciones, los propietarios denunciaban que al no actualizarse los valores estaban atravesando una situación crítica. Consultado por AN Roca, el presidente de la Cámara de Expendedores regional, Carlos Pinto, consideró que el desfasaje acumulado durante los últimos meses fue de un 35%. Por esa razón, este aumento “cubre una tercera parte de eso”, precisó.

De todos modos, con este incremento la cámara prorrogó la puesta en marcha de la “tasa de playa”, un plus en concepto de atención sobre el precio de los combustibles del orden del 10 %. El objetivo era compensar los ingresos ante el aumento de sus propios costos. Especialmente el de la fuerza de trabajo.

La situación particular de cada estación de servicio varía según el volumen de combustible que venda y de la marca a la que esté vinculada. Pero todos afirman que el negocio “se hace rentable a partir del volumen y no del porcentaje que nos queda”. Un punto de equilibrio se alcanza cuando la estación alcanza a comercializar los 350.000 litros mensuales, pero es también un monto variable.