La semana pasada, el desmoronamiento de un acantilado entre Las Perlas y Plottier, sobre el río Limay, puso en agenda un tema que muchas veces se pasa por alto: los peligros de realizar actividades en los bordes del frente de bardas. Hay que tener en cuenta que la erosión va limando la roca y los derrumbes pueden darse en cualquier momento.

El geógrafo Javier Grosso, profesor e investigador de la Universidad del Comahue, destacó que esa problemática se puede dar en cualquier sector de la región porque las bardas son territorios activos que están afectados por fenómenos naturales. Y aclaró: “hace muchísimos años estaban mucho más cerca del río en Paso Córdoba o en la Isla Jordán de Cipolletti. El proceso de erosión lleva al derrumbe y a la retirada del sector de la meseta”.

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¿Por qué son inestables estas bardas? Porque son formaciones de rocas sedimentarias, que pueden ser areniscas o arcillas. “Esto significa que alguna vez estuvieron en el fondo de un río o de un mar; se van formando las capas por decantación de sedimentos. Es un tipo de roca que se desgasta más fácilmente que las rocas ígneas, que son de lava enfriada”, comentó.

Grosso especificó que toda la zona de bardas de la región, como el Valle de la Luna, está conformado por este tipo de rocas que tiene un desgaste mayor que otros. “Y en toda la zona árida de la Norpatogonia, el retroceso de ese frente de barda se da naturalmente”, dijo.

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En el caso del derrumbe que captó en imágenes el realizador audiovisual Javier Temoli, “se debe al socavamiento” que realiza el curso del río. “En una zona de curvas en esa zona el río se vuelca y le pega con mas fuerza. Va haciendo un socavamiento estructural”, advirtió Grosso.

Esos frentes de barda sufren un desgaste natural “producto de la erosión retrocedente”. El investigador apunta estas montañas bajas “se desgastan y se retiran hacia atrás. En Paso Córdoba, por ejemplo, ves las bardas más retiradas. A los que están más acá se les llama remanentes de erosión. Eso significa que la barda estaba más cerca del río. Se va desgastando por la propia gravedad”.

El viento, la lluvia y la acción del río van erosionando ese frente de barda, carcomiendo la base de sustentación y volviéndolo inestable. Cualquier suceso que se desarrollo en la superficie puede provocar la “ruptura” imprevista, por lo que recomienda ser extremadamente cuidadoso en esos sectores.

Grosso también señaló que estos procesos “son naturales” y diferentes de los que ocurren en otros lugares de la región, como en el sector de Mari Menuco. “Allí también se han producido derrumbes en la zona de acantilados, pero están más ligados a la actividad del fracking en Vaca Muerta. Es una “sismicidad inducida” que provoca fallas y rupturas”, alertó.