Se tiene en cuenta que dicha práctica existe, es organizada y sobre todo, es altamente peligrosa. Los apasionados por las motos se juntan, se divierten y también apuestan.  

Se puede entender que erradicar esta práctica a partir de exhaustos controles es una tarea compleja, debido a que siempre van a encontrar un lugar para hacer picadas. Sin embargo, es una posibilidad normalizar las carreras y realizar eventos legales.  

Incluso, apasionados de las picadas de motos solicitan que les den este espacio para que puedan realizar los eventos de manera legal y con todas las normas.  

En los autódromos, como el de Centenario, suelen haber fines de semana de picadas, que incluyen autos y motos. Hacer las picadas legales quita el problema que tienen las clandestinas, como no respetar el espacio público, poner en riesgo a la sociedad y poner en riesgo su vida.