Hace unos años, en plena pandemia, la gobernadora Arabela Carreras prometió nuevamente un hospital pediátrico en Roca. En el mismo acto hizo referencia a la instalación de un resonador de última generación para el hospital Francisco López Lima, el más importante de la provincia por su complejidad 6. El aparato se compró con fondos de Nación, pero un aparente problema en la estructura del edificio, que Obras Públicas se comprometió a solucionar, demoró la llegada y de repente, en plena crisis hospitalaria, comenzó la instalación en Cipolletti, la ciudad del gobernador Alberto Weretilneck.

La antinomia entre Roca y Cipolletti no es nueva. Muchos las pueden atribuir al fútbol, otros al rol protagonista que tuvo la primera en la vida política provincial y una prueba de esto es el denominado Rocazo. Una revuelta popular instigada por elite empresarial y profesional que reaccionó ante el traslado de parte de la estructura judicial a Cipolletti.

La revuelta del 4 de julio de 1972 le costó la destitución al intendente de facto Pablo Fermín Orejas, nombrado por el entonces gobernador, Roberto Requeijo, un general de Brigada que había cedido ante los reclamos de Cipolletti para tener su propia sede judicial, que recién se creó en los años 2000 luego de tristísimos y resonante crímenes.

Lo cierto es que el resonador generó una profunda bronca, no sólo en el sector de la Salud de Roca, sino que también se sumaron los legisladores de la oposición de la ciudad que pretenden llevar al recinto a la ministra de Salud, Ana Senesi, quien hasta diciembre se desempeñó como directora del hospital López Lima, el mismo que perdió el costoso aparato. Y reemplazante del ex titular de la cartera, otro roquense Fabián Zgaib, quien hoy es diputado provincial.

Los fondos los puso Nación a través del programa Reconstruir. El resonador Philips 1.5 Tesla tiene capacidad de hacer estudios para una amplia gama de requerimientos y es de lo mejor que hay en el mercado, por eso el costo de unos 500 mil dólares. Por lógica, el lugar para su instalación debía ser el hospital con mayor complejidad de la provincia, pero hubo un detalle que impidió que llegue a Roca. Es que se detectaron fisuras en el edificio y la misma provincia a través de Obras Públicas se había comprometido a solucionar en el ejercicio 2021-2022, pero eso nunca pasó. El presupuesto era de unos 200 millones de pesos.

El tiempo pasó y las redes sociales del gobernador confirmaron la peor noticia para los roquenses, el resonador se mudó. «¡El nuevo resonador llegó a Cipolletti! Un hito histórico para el hospital Pedro Moguillansky y toda la comunidad. Podrá tratar patologías ambulatorias y de alta complejidad, mejorando el desempeño de nuestros profesionales y la recuperación de los pacientes atendidos. Felicitaciones», publicó en Twitter.

Sin que nadie de salud haga alguna declaración pública justificando la maniobra, los legisladores opositores roquenses, los peronistas José Luis Berros y Luciano Delgado Sempé; del PRO, Juan Martín y Claudio Doctorovich; y del ARI, Javier Acevedo emitieron un comunicado en el que anuncian el pedido de interpelación a la ministra Senesi por el periplo del resonador y la apuntan porque durante su gestión en el hospital es que no se pudo instalar en el Francisco López Lima.

Argumentan que el de Roca es cabecera del Alto Valle, además de la conectividad permanente con la Línea Sur. Además calificaron la maniobra como un «capricho político» del que hacen cargo al gobernador por ser de Cipolletti. 

Desde el sector hospitalario también expresaron su bronca y sin dar nombres, recordaron que una incubadora de ala complejidad fue enviada también a Cipolletti, donde no funciona porque el único hospital rionegrino con terapia intensiva pediátrica y una maternidad de mayor jerarquía es el de Roca, que permite mantener a bebes recién nacidos con menos de 32 semanas de gestación.

Hace unos años, en plena pandemia, la gobernadora Arabela Carreras prometió nuevamente un hospital pediátrico en Roca. En el mismo acto hizo referencia a la instalación de un resonador de última generación para el hospital Francisco López Lima, el más importante de la provincia por su complejidad 6. El aparato se compró con fondos de Nación, pero un aparente problema en la estructura del edificio, que Obras Públicas se comprometió a solucionar, demoró la llegada y de repente, en plena crisis hospitalaria, comenzó la instalación en Cipolletti, la ciudad del gobernador Alberto Weretilneck.

La antinomia entre Roca y Cipolletti no es nueva. Muchos las pueden atribuir al fútbol, otros al rol protagonista que tuvo la primera en la vida política provincial y una prueba de esto es el denominado Rocazo. Una revuelta popular instigada por elite empresarial y profesional que reaccionó ante el traslado de parte de la estructura judicial a Cipolletti.

La revuelta del 4 de julio de 1972 le costó la destitución al intendente de facto Pablo Fermín Orejas, nombrado por el entonces gobernador, Roberto Requeijo, un general de Brigada que había cedido ante los reclamos de Cipolletti para tener su propia sede judicial, que recién se creó en los años 2000 luego de tristísimos y resonante crímenes.

Lo cierto es que el resonador generó una profunda bronca, no sólo en el sector de la Salud de Roca, sino que también se sumaron los legisladores de la oposición de la ciudad que pretenden llevar al recinto a la ministra de Salud, Ana Senesi, quien hasta diciembre se desempeñó como directora del hospital López Lima, el mismo que perdió el costoso aparato. Y reemplazante del ex titular de la cartera, otro roquense Fabián Zgaib, quien hoy es diputado provincial.

Los fondos los puso Nación a través del programa Reconstruir. El resonador Philips 1.5 Tesla tiene capacidad de hacer estudios para una amplia gama de requerimientos y es de lo mejor que hay en el mercado, por eso el costo de unos 500 mil dólares. Por lógica, el lugar para su instalación debía ser el hospital con mayor complejidad de la provincia, pero hubo un detalle que impidió que llegue a Roca. Es que se detectaron fisuras en el edificio y la misma provincia a través de Obras Públicas se había comprometido a solucionar en el ejercicio 2021-2022, pero eso nunca pasó. El presupuesto era de unos 200 millones de pesos.

El tiempo pasó y las redes sociales del gobernador confirmaron la peor noticia para los roquenses, el resonador se mudó. «¡El nuevo resonador llegó a Cipolletti! Un hito histórico para el hospital Pedro Moguillansky y toda la comunidad. Podrá tratar patologías ambulatorias y de alta complejidad, mejorando el desempeño de nuestros profesionales y la recuperación de los pacientes atendidos. Felicitaciones», publicó en Twitter.

Sin que nadie de salud haga alguna declaración pública justificando la maniobra, los legisladores opositores roquenses, los peronistas José Luis Berros y Luciano Delgado Sempé; del PRO, Juan Martín y Claudio Doctorovich; y del ARI, Javier Acevedo emitieron un comunicado en el que anuncian el pedido de interpelación a la ministra Senesi por el periplo del resonador y la apuntan porque durante su gestión en el hospital es que no se pudo instalar en el Francisco López Lima.

Argumentan que el de Roca es cabecera del Alto Valle, además de la conectividad permanente con la Línea Sur. Además calificaron la maniobra como un «capricho político» del que hacen cargo al gobernador por ser de Cipolletti. 

Desde el sector hospitalario también expresaron su bronca y sin dar nombres, recordaron que una incubadora de ala complejidad fue enviada también a Cipolletti, donde no funciona porque el único hospital rionegrino con terapia intensiva pediátrica y una maternidad de mayor jerarquía es el de Roca, que permite mantener a bebes recién nacidos con menos de 32 semanas de gestación.