La construcción de viviendas bio ecológicas, hechas con tierra cruda o adobe, se ha impuesto en la agenda cotidiana como una alternativa económica y con mejores condiciones de economía energética que las de construcción tradicional. Sin embargo, no todos los especialistas están de acuerdo. Es que temen por las condiciones de habitabilidad y seguridad que deben tener.

Por ejemplo, el Concejo Deliberante de General Roca autorizó este método constructivo en 2015, hace siete años, siguiendo las pautas generales definidas en la ley provincial. Sin embargo, los equipos técnicos no estimular su instalación en la ciudad. Y paradójicamente, las viviendas aprobadas siguiendo este sistema alternativo no está en sectores más carenciados: se han construido en los barrios La Campiña y La Martina; existe otra en proximidades de Paso Córdoba; y sobre la calle Alsina.

En una ciudad vecina como Cipolletti, recién hace unas semanas se aprobó la ordenanza que autoriza su construcción pero desde los cuerpos técnicos advierten que todavía no tienen la normatización técnica necesaria. Además, ese sector se encuentra en una “zona sísmica grado 1”, que si bien establece un riesgo moderado obliga a incluir refuerzos en la estructura.

Lo que preocupa a los equipos técnicos de los municipios son las condiciones finales de seguridad que deben tener todas las viviendas visadas y aprobadas, condición inevitable para obtener después los servicios de energía eléctrica y gas. El visto bueno adquiere una situación de responsabilidad del Estado que produce escozor.

¿Son más baratas? Las opiniones también están divididas. Para algunos profesionales, la construcción en adobe ya genera un menor costo aunque se deben tener en cuenta las condiciones de refuerzo de la estructura, especialmente la que sostienen aberturas y techos. Otros, en cambio, opinan que esos trabajos especiales terminan equiparando los costos y haciendo que la inversión final sea similar a la tradicional.

En cambio, hay un aspecto en el que todos están de acuerdo: las viviendas de adobe tienen más eficiencia energética y producen un mejor aislamiento acústico. Esto es así porque la tierra tiene una gran capacidad de almacenar el calor y cederlo posteriormente (cualidad conocida como inercia térmica). De este modo, se pueden atenuar los cambios de temperatura externos, creando un ambiente interior agradable. Y es muy recomendable en regiones como el Alto Valle, que tiene grandes oscilaciones de temperatura entre el día y la noche. Y si se incluye un aislamiento adecuado, también es idónea en climas más suaves.

En cuanto al aislamiento acústico, los muros de tierra transmiten mal las vibraciones sonoras, de modo que se convierten en una eficaz barrera contra los ruidos indeseados.