La polémica decisión del gobierno nacional de cerrar dos sucursales del Correo en la región, las de Fernández Oro y Cervantes, está generando rechazos desde los representantes de ambas localidades. El ex intendente orense y actual titular del IPPV, Mariano Lavín, preguntó “cuál es el achique” ya que en la localidad trabajan “tres empleados para atender más de 25.000 habitantes. ¿Les parece que sobra gente?”.

Por su parte, la jefa comunal de Cervantes, Claudia Montanaro, sostuvo que con “banderas de humo de ñoquis y déficit” su localidad queda desprovista de “un servicio fundamental, que además nos brindaba comodidad para realizar todo tipo de trámites”.

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La decisión fue comunicada a través de telegramas a los respectivos jefes de cada correo, esto generó un mayor clima de incertidumbre entre los trabajadores y la comunidad en general.

Lavín sostuvo que “no podemos permitir el cierre del Correo Argentino en nuestra ciudad”. Y precisó que se enteró de la novedad “con mucha sorpresa, dolor e indignación”. Agregó que la comunidad de Oro viene trabajando “por el crecimiento y desarrollo” de la localidad, “logrando tener cada vez más y mejores servicios con independencia de otras ciudades. No vamos a retroceder”.

En cuanto a los números, precisó que la sucursal de Fernández Oro “entrega 350 encomiendas a domicilio por semana más 280 que se retiran en el lugar. Distribuye 3.000 boletas de Edersa. Realiza 220 trámites semanales entre cartas certificadas ,tarjetas de crédito, pasaportes, DNI. También reciben devoluciones de mercado libre entre 120 a 150 por semana. Llegan a todos los barrios, incluidos los más alejados, con todos sus servicios”.

Por eso consideró que el correo “es un servicio esencial para nuestra ciudad”.

En términos similares se pronunció Montanaro, quien remarcó que el cierre de la sucursal de su localidad “es un gran retroceso, es la pérdida de federalismo nacional y es la desolación de las familias del correo argentino que se quedan sin su sostén y sin sus ingresos”.

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La intendenta de Cervntes advirtió que si la idea persiste, no sólo significará el cierre de un par de oficinas sino que “comenzaran a correr los despidos masivos y los retiros voluntarios en toda la provincia de Río Negro”.

Explicó que por la oficina del Correo se realizan los trámites de pensionados, jubilados, asignaciones universales y Progresar, entre tantos otros. Pero “el ajuste y el desinterés de este gobierno tiene como resultado en que nuevamente mis vecinos y vecinas tengan que trasladarse a ciudades vecinas a realizar tramites y gestiones , lo que implica tiempo, dinero y desgaste”.

“Seguramente poco puedan hacer mis palabras contra una decisión que ya está tomada, pero no me resigno, ni lo haré nunca, no voy a dejar de luchar por lo que considero un gran retroceso para esta ciudad que nos vio nacer y crecer”, enfatizó Montanaro.