El hombre condenado a cadena perpetua en la causa por los homicidios de María Emilia y Paula González y Verónica Villar sucedido en Cipolletti en 1997, lleva años intentando a través de distintos recursos, salir de la cárcel. Kielmasz fue condenado a cadena perpetua por ser considerado partícipe necesario del delito de secuestro agravado y regravado seguido de muerte, con dolo eventual.

Esta vez recurrió a un habeas corpus saltando todos los procedimientos, alegando que el tiempo de su condena a prisión perpetua se había cumplido en enero 2020.

Este último requerimiento fue desestimado por el Superior Tribunal de Justicia de Río Negro (STJ), a través de su presidente Sergio Barotto, quien informó que la solicitud debía canalizarse a través de un Juzgado de Ejecución, en este caso el número 10 de Roca que tiene competencia sobre este expediente.

Pero Kielmasz, fiel a su estilo confrontativo, había “puenteado” al juez de Ejecución, en este caso a Fernando Romera, dirigiéndose directamente al STJ, enviando el Hábeas Corpus vía correo electrónico. Esto tiene un fundamento: En agosto de 2021 el Juzgado rechazó el pedido del detenido. Para eso se basaron en lo informado desde el Consejo Correccional de la cárcel de Senillosa (Neuquén), lugar en que se encuentra alojado Kielmasz, luego de pasar por distintos penales de la Patagonia.

Esos informes eran tan desfavorables que incluso llevaron al juez Romera en su resolución a requerir más sesiones de sicoterapia para el detenido. Cabe recordar que los perfilados forenses del hombre indican entre otras cosas que se trata de “un psicópata irrecuperable”.

El dictamen del STJ que se puede leer en el sitio servicios.jusrionegro.gov.ar, el presidente del STJ indica que debe ser el juez Romera quien intervenga: “a los fines de que proceda a dar tratamiento a lo peticionado, brindándose la debida intervención a la Defensa para que ejerza su Ministerio en la forma y términos que estime corresponder”.

Pericias contundentes

Narcisismo, encanto superficial, falta de empatía, dificultad para aprender de la experiencia, insinceridad, manipulación del resto de las personas, ausencia de remordimientos y promiscuidad sexual, son algunas de las definiciones respecto de Kielmasz que se pueden rescatar de los perfilados forenses reiterados que se le han realizado.

Los informes de los distintos penales en los que estuvo alojado, siempre indican que tiene una conducta correcta, pero hacen referencia además a su capacidad de manipulación, los que en general han estado orientados a obtener beneficios respecto de su situación judicial. Sin embargo, ante la presión ha mostrado su verdadera personalidad, como en 2016 cuando amenazó a una de las personas a cargo del área de docencia del Servicio Penitenciario Federal.

Kielmasz ha estado alojado en penales de Río Gallegos, La Pampa, Viedma.

La condena

El cipoleño de 47 años quedó implicado en la causa del Triple Crimen, después de que él mismo tomase contacto con Ulises González, padre de María Emilia y Paula, para indicarle dónde se encontraba el arma con la cual habían ultimado a sus hijas. La investigación demostró que el revólver calibre 22 indicado estaba a nombre de la madre de Kielamsz. Otro dato aterrador fue la confirmación de que de esa misma arma había salido la bala que mató a Yanet Opazo en 1994, en el barrio Labraña de Cipolletti. En este ataque resultó gravemente herida Claudina Kilapi, amiga de Yanet. Finalmente, después de muchas idas y venidas, el sujeto fue sobreseído en este hecho.