El presidente ruso, Vladimir Putin, sorprendió al mundo al anunciar en su discurso anual ante el Congreso el despliegue de tropas en la frontera oeste de Rusia. Esta medida es una respuesta directa a la expansión de la OTAN hacia el este y a la «implicación» de Finlandia y Suecia en la alianza militar transatlántica liderada por Estados Unidos.

En su discurso, Putin también volvió a advertir a las potencias occidentales sobre el riesgo «real» de una guerra nuclear si el conflicto en Ucrania se escalara. El presidente ruso celebró los avances del Ejército ruso en la guerra y señaló las «trágicas consecuencias» que podrían enfrentar aquellos países que envíen tropas a Ucrania.

Las palabras de Putin han generado preocupación en la comunidad internacional. El mandatario ruso dejó claro que Rusia también tiene armas capaces de alcanzar objetivos en territorio enemigo, lo que subraya el peligro que representa una escalada en el conflicto.

 

Ante este panorama, Putin anunció la reactivación de los distritos militares de las provincias de Moscú y Leningrado, en el flanco occidental de Rusia. Estas medidas se consideran como una respuesta defensiva ante las encuestas avances de la OTAN en la región y el temor a una intervención militar en Ucrania por parte de países occidentales.

El presidente ruso dejó en claro que cualquier intervención militar en Ucrania tendría «consecuencias trágicas» y advirtió sobre el riesgo de una guerra nuclear que llevaría a la destrucción de la civilización. Putin renovó así sus advertencias del pasado, dejando en claro que Rusia está dispuesta a defender sus intereses y la estabilidad en la región.