Con sus 38 años, Juan Octavio “San La Muerte” Godoy está cumpliendo una condena de 32 años de prisión por el homicidio de Mario Pino Vinet, un secuestrador y violador con el que compartió la prisión de Roca, y su participación en la peligrosa banda de entraderas que lideraba Chiqui Forno. En estos tiempos, además de pasar sus días en un penal de Neuquén, espera la realización de un nuevo juicio: es por las graves heridas de bala que le produjo a un sobrino durante un feroz tiroteo que se produjo en Cinco Saltos.

La fiscalía, comandada por el fiscal jefe Gustavo Herrera, impulsaba en principio la realización del juicio por jurados antes de la feria judicial. Es decir, a principios de julio. Pero esta determinación puede cambiar. En principio, porque la misma estructura del ministerio público fiscal debe encargarse del juicio por el femicidio de Patricia Rendón, la joven mujer asesinada en Catriel. Fernando Cronenbold, su ex pareja, es el imputado por el hecho.

Cronenbold cumplirá un año de prisión preventiva el 30 de junio. En caso de que ese juicio se realice en agosto, como incialmente estaba previsto, tendría que realizarse un proceso especial para extender esa preventiva ya que el Código de Procedimientos rionegrino solamente permite 12 meses. Circunstancias especiales pueden extender ese plazo, pero ya debe contar con un recurso especial ante el Tribunal de Imugnaciones.

El caso de “San La Muerte” es distinto: está condenado por otros delitos y cumple prisión efectiva en la vecina provincia. Además, sus abogados anunciaron su intención de renunciar al caso, por lo que deberá designarse un nuevo defensor y darle un tiempo prudencial para que se interiorice sobre la causa.

Las policías y los servicios penitenciarios de Río Negro y Neuquén consideran a Godoy como “un especialista en fugas”, capaz de aprovechar la mínima ventaja para escapar de los lugares de detención. De hecho, una parte de su condena la pasó en la Unidad 5 de General Roca. Allí conoció a Pino Vinet, donde habrían tenido varios encontronazos.

De allí logró fugarse y se instaló en la vecina provincia, esperando la oportunidad de vengarse. Cuando Pino Vinet salió de prisión, él lo estaba esperando en un callejón de Plottier. Un solo balazo, con frialdad premeditada, para que el atacado quedara tendido en el piso. Murió desangrado: el proyectil impactó en la arteria femoral.

La policía de Río Negro lo buscaba por su participación en un furioso ajuste de cuentas que se produjo en Cinco Saltos. Disparó varias veces contra una vivienda en la que estaba su sobrino, quien resultado con un balazo en la cabeza. Internado en grave estado, el adolescente finalmente pudo sobrevivir, pero San La Muerte deberá rendir cuentas por intento de homicidio calificado.