
La complicidad y el amor que une a Florencia Peña y Ramiro Ponce de León han sido fundamentales para construir una relación diferente, basada en contratos personales y en la posibilidad de transformar y adaptar la dinámica de la pareja. Con cinco años de convivencia a distancia, esta pareja ha sabido superar obstáculos y priorizar el bienestar de su familia, en especial de sus hijos, que han sido el motor para fortalecer su unión.
Florencia Peña no dudó en destacar la importancia de elegir cambiar y adaptarse para consolidar su amor con Ramiro, reconociendo en este proceso la clave para que él se convirtiera en el gran amor de su vida. La experiencia de vivir una pareja abierta y la capacidad de evolucionar juntos han sido parte fundamental de este vínculo que se consolida día a día, demostrando que el amor verdadero puede superar cualquier distancia o adversidad.