El programa nacional “Casa Propia – Construir Futuro” debutó en Río Negro con la peor noticia: cuatro licitaciones por 365 viviendas destinadas a cooperativas fueron dadas de baja y el trámite deberá comenzar de nuevo. Todo a fojas cero. El motivo: aparentemente, no se incluyó el monto para la concreción de la infraestructura de servicios. La UOCRA, en estado de alerta.

Fue la misma dirigencia del gremio de la construcción la que alertó sobre la situación. Durante la presentación formal de la nueva conducción, con Juan Garrido a la cabeza, la gobernadora Arabela Carreras tuvo que darle la mala noticia. Fue un baldazo de agua fría para todos. Las viviendas ya habían sido licitadas y adjudicadas para tres ciudades de la provincia: a General Roca le correspondían 105 unidades; 100 eran para Viedma; y 160 para Cipolletti. El secretario general de la UOCRA responsabilizó a las autoridades nacionales y exhortó a apurar los tiempos para resolverlo lo antes posible. “Para ellos puede ser una cuestión burocrática; para nosotros, es una cuestión de trabajo y de supervivencia”, dijo.

El programa Casa Propia – Construir Futuro es implementado por el ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat, que conduce el ex intendente de Avellaneda Jorge Ferraresi. El objetivo es construir 264.000 viviendas en todo el país. De ese total, Río Negro tendrá un cupo de 1.326 unidades, según el convenio que se firmó en Buenos Aires. Según los cálculos de la UOCRA, esto representaría unos 3.000 puestos de trabajo directos.

Garrido explicó que la situación es similar en Río Negro y Neuquén y responsabilizó a las autoridades del gobierno nacional por las expectativas frustradas. “Nuestro problema es que las obras se van terminando y nuestra gente se queda sin trabajo. Contábamos con las viviendas para seguir adelante”, puntualizó.

El dirigente manifestó su sorpresa por la diferencia en la valuación de las unidades en la región: “hasta el 2016, en Chubut, Río Negro y Neuquén tenían el mismo precio. En esta última etapa nos enteramos de que una vivienda en Río Negro y Neuquén le ponen un valor de 6,7 millones; y en Chubut, 7,8 millones”.

Esa diferencia del 16 % incide también en las expectativas de las empresas constructoras, que muchas veces son remisas a participar de obras que demandan mucho capital invertido. “Además, en los pliegos han incluido cuestiones técnicas que encarecen mucho el precio de la vivienda. Paneles solares, dos termos… Tendrían que hacer un pliego más sencillo porque la gente está esperando sus viviendas”, remarcó.