El 27 de agosto de 2023, la escena cultural de General Roca y toda la región norpatagónica perdió a uno de sus más grandes referentes: Eduardo Antonio «Cacho» Lobello. A un año de su fallecimiento, su legado sigue vivo en la memoria de todos aquellos que lo conocieron y en la historia del rock regional, donde dejó una huella imborrable.

Cacho Lobello no solo fue reconocido por su talento musical, sino también por su carácter solidario y amable. Su interés por la música surgió desde muy joven, cuando quedó profundamente conmovido por la historia de «El Maruchito», un niño de la Línea Sur de Río Negro que fue asesinado por tocar una guitarra. Esta tragedia marcó al joven Lobello, quien decidió aprender a tocar el instrumento en homenaje a la memoria de aquel niño.

Con el paso de los años, esta conexión se hizo más profunda, y «Cacho» comenzó a realizar peregrinaciones anuales en bicicleta desde General Roca hasta Aguada Guzmán, donde se encuentra el santuario de El Maruchito. Estas travesías eran una manera de mantener viva la historia y la memoria de aquel niño que lo inspiró desde su niñez.

Cacho Lobello, un ícono del rock regional

A lo largo de su carrera, Cacho Lobello se convirtió en un ícono del rock roquense y lideró varias bandas que marcaron la escena musical regional. Entre las agrupaciones en las que participó se encuentran Goliat (1976), Skirlas (1990), Remolcador (1990), Buscados Vivos (2007) y Trío Lobello (2019). Con estas bandas, Lobello no solo recorrió escenarios de la región, sino que llevó su música y sus letras a distintos puntos del país.

Además, Lobello compartió escenario con grandes figuras del rock nacional e internacional, tales como Norberto «Pappo» Napolitano, Botafogo, Litto Nebbia, Claudio Gabis, Boff, Ricardo Soulé, Daniel Raffo, Lorenzo Thomson, Dave Raley, Gustavo Giannini, y agrupaciones como La Mississippi, Hermética y Lethal, entre otros.

El impacto de Cacho Lobello en la música regional fue tal que, en 2022, la legisladora Silvia Beatriz Morales presentó un proyecto para declararlo de interés cultural, social y comunitario por su extensa labor en el rock rionegrino y patagónico. Esta declaración oficializó el reconocimiento a su aporte invaluable a la cultura local.

Meses después de su muerte, durante el Festival del Maruchito en Aguada Guzmán, se vivió uno de los momentos más emotivos del evento: un homenaje a Cacho Lobello. Su hijo, Luca Lobello, quien sigue los pasos de su padre en el mundo de la música como artista de rap, recibió una placa en honor a su padre. Luca también compartió sus propias canciones, demostrando que el talento y la pasión por la música se mantienen vivos en la familia Lobello.

A un año de su partida, la figura de Cacho Lobello sigue siendo recordada por su influencia en el rock norpatagónico y su compromiso con la memoria de «El Maruchito», claros testimonios de su profunda conexión con la cultura y la historia de la región.