La tragedia del Cerro Ventana en Bariloche, involucra ditrectamente a nuestra ciudad. Cada 1º de septiembre se recuerda la perdida de los tres estudiantes de nuestra ciudad. Además, hubo siete heridos, entre ellos, el guía de la salida. Una publicación reciente renueva el dramatismo que se vivió aquel domingo, en septiembre de 2002.

La tragedia más grande del montañismo en la Argentina. Aquel 1° de septiembre perdieron la vida nueve jóvenes estudiantes y siete caminantes quedaron heridos, entre ellos, el guía de la salida. Como en cada hora que pasaba podía ahondarse la magnitud del drama, el nerviosismo se apoderó de los rescatistas y como consecuencia, un vehículo volcó y otro chocó con un ternero en las oscuridades del bosque. El invierno de 2002 se despidió de mala manera en las montañas de Bariloche.

El torbellino “ocurrió cerca de las 16:45 horas. El grupo envuelto en nieve descendió vertiginosamente por la montaña, terminando en un cañadón, con un saldo final de 7 heridos y 9 muertos. La avalancha recorrió cerca de 900 metros de largo y 300 de desnivel, sepultando a varios estudiantes durante su recorrido”, dice el racconto que 22 años después, publicó el periodista y guía de montaña Toncek Arko.

Una suerte de cronología de los acontecimientos puede leerse en “Rescates en montaña. 90 años de la Comisión de Auxilio del Club Andino Bariloche”, voluminosa publicación que en circunstancias como la que se conmemora, se convierte en fuente de consulta obligatoria para reconstruir los acontecimientos. “La tragedia fue presenciada por otro grupo de la Universidad del Comahue, cuyos profesores y guías concurrieron en forma inmediata en auxilio de los accidentados”, aporta el relato.

En un contexto de absoluto desconcierto y angustia, “simultáneamente, por radio y teléfono, convocan a la CAX. En pocas horas, la ladera Este del cerro Ventana se llena de rescatistas y el barrio El Pilar, situado al pie de la montaña, de ambulancias, vehículos policiales, de Parques Nacionales, Bomberos y Gendarmería Nacional”. ¡Cómo no recordar tamaña efervescencia! “Al anochecer fueron rescatados 6 estudiantes heridos y también su guía, Andrés Lamuniere, quien tenía fractura de clavícula y golpes varios. También fueron ubicados 5 estudiantes fallecidos”, balancea la reconstrucción.

Claro que no había margen para el descanso o la distensión. “El operativo continuó durante la noche, en un intento desesperado por ubicar nuevos sobrevivientes. La última rescatada con vida fue Liliana Alonso, casi 5 horas después de ocurrido el accidente. Su caso fue un verdadero milagro, ya que es muy difícil soportar tanto tiempo enterrado en la nieve”, sostiene el escrito de Arko, conocedor de estas lides.

La nómina que nadie quería leer: “En primer término, fueron encontrados los cuerpos de Jimena López (20 años, de General Roca), Paolo Mercado (19, de Chacabuco, Buenos Aires), Adrián Mercado (21 años, Villa La Angostura), Martín Lemos (19, Senillosa), Fabricio Vacarri (19, General Roca) y Mario Tapia (18, Bariloche). Al segundo día, por la mañana, desenterraron a Antonio Díaz (18, Bariloche)”. La desazón se prolongó hasta límites indecibles, porque “Roberto Montero (25, Neuquén) fue encontrado el martes 3 y Gimena Padín (18, General Roca) recién después de 60 días”.

En el marco del desastre, hubo margen para algún alivio: “Los heridos fueron Liliana Alonso (Bariloche), Maxi Warnes (Mar del Plata), Juan Carlos Antuña (Bariloche), Nicolás Olmedo (Neuquén), Gustavo Vega (Bariloche) y Nicolás Lemos (Senillosa). Éste último fue el más lesionado y permaneció varios días internado. También sufrió heridas el guía, Andrés Lamuniere”, recuerda la recapitulación.

Después de los primeros movimientos, el despliegue continuó, con gran actividad logística de respaldo. “El domingo a la noche, la sede del CAB volvió a convertirse en base de operaciones del operativo de rescate. Durante toda la noche se mantuvo contacto con los rescatistas, enviando linternas, baterías, sondas y equipos de comunicaciones”. Cada minuto era vital, entonces “los trabajos continuaron durante todo el lunes y martes, encontrando dos jóvenes fallecidos. También volcó un vehículo 4×4 con rescatistas y un four track chocó con un ternero en el bosque”, rememora la crónica.

Las cosas se complicaron 48 después de la avalancha, porque “el miércoles 3 volvió a desmejorar el tiempo, con nuevas nevadas, lo que obligó a suspender los trabajos tendientes a encontrar la novena víctima”, es decir, la joven Gimena. “La avalancha provocada por el guía y los alumnos fue de tipo fusión, de nieve húmeda, que se deslizó por una placa dura inferior. La nieve húmeda se compacta rápido y ello dificulta la búsqueda y su remoción. Resultó una avalancha muy grande, con centenares de toneladas de nieve”, añade la valoración de Arko. Por más que transcurra el tiempo, cada 1° de septiembre se reaviva el dolor.