El vuelo de la aerolínea Flybondi venía con total normalidad: salvo los pocos minutos de demora en la partida, algo habitual por la congestión que suele ocurrir en Aeroparque, todo era tranquilidad. Cerca de las 18 hs de ayer, el Boeing empezó las maniobras de aproximación para el aterrizaje en Neuquén.

El piloto desplegó los flaps y ya venía entrando a la cabecera de la pista cuando repentinamente tuvo que abortar la operación. En la cabina, los pasajeros advirtieron el abrupto cambio de ritmo. El avión volvió a apuntar hacia el cielo y tomó altura. A varios se les hizo un nudo en el estómago. ¿Qué había pasado?

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Por un error humano, que será materia de investigación por parte de la autoridad aeroportuaria, en el mismo momento en que el avión de Flybondi se aproximaba a la pista, otro de Aerolíneas Argentinas estaba iniciando el despegue. Algunos automovilistas que transitaban por la zona de Valentina Norte y Canal V, en Neuquén, advirtieron la imprevista superposición.

El avión de la low cost amarilla debió hacer una maniobra evasiva para evitar el plan de vuelo del otro jet y en su tiempo de espera voló en círculos, sobrevolando la ciudad de Roca y alrededores. Pocos vecinos habrán notado el paso imprevisto, alrededor de las 18.15 de ayer.

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En este caso, el inconveniente se tradujo en un susto para los pasajeros que fue rápidamente superado cuando recuperó altitud y pudo equilibrar la navegación. Por segundos no se convirtió en un momento más complicado.

Finalmente, el avión tocó tierra con normalidad a las 18.25, sin otro inconveniente, con pasajeros contentos de haber llegado y que contaban el susto que pasaron en el aire como una anécdota de viaje. Por suerte.