El juicio contra el roquense Ramiro Gutiérrez ya entró en su etapa final. El jurado popular lo encontró culpable del homicidio doloso de Facundo Castillo y mañana el juez técnico, Guillermo Merlo, le dictará una condena. Que seguramente superará el mínimo de ocho años que solicitó la defensa, y estará más cerca de los 16 años y 6 meses que pidió la defensa.

Una condena que probablemente esté lejos de lo que pidió la querella, la representación de la familia Castillo, que se pronunció por una condena de 22 años por entender que no existe ningún tipo de atenunantes, dada la conducta asumida por el imputado.

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La definición final que tome Merlo muy probablemente no deje conforme a las partes. Tal vez no sea suficiente para los allegadosde Facundo, el joven que perdió la vida por la acción desencadenada por Gutiérrez en aquella infausta madrugada de diciembre de 2021. El dolor de semejante pérdida es imposible de cuantificar. Tampoco estarán felices los amigos y familiares de Gutiérrez. El “Gitano”, que antes tenía una vida – se dedicaba a la compra venta de vehículos, participaba en las carreras de la Fórmula Gol y se manejaba como si estuviera lejos de la justicia – puede pasar por lo menos una década en prisión.

Por eso es previsible que la familia ya se haya puesto en contacto nuevamente con Fernando Burlando. El mediático y polémico abogado, protagonista de casos resonantes para los medios nacionales, se tomó una semana para estar en los comienzos del juicio oral contra Gutiérrez. Y desde un comienzo estuvieron claros los roles: Martín Segovia y Carlos Vila Llanos serían los responsables de la defensa en los tribunales locales. El equipo de Burlando asesoraba; y en caso de tener que llegar a la máxima instanciade apelaciones, la Casación y la Corte Suprema, será el responsable de llevarla adelante.

El viaje de Burlando no es neutral. Algunos lo interpretaron como una suerte de “presión judicial” hacia los actores locales. Lo concreto es que si se llegó hasta acá, es porque ya se especulaba que iba a ser necesario.

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Luego de definida la sentencia, a la defensa le quedan dos instancias a nivel provincial: recurrir al Tribunal de Impugnación y, en caso de no obtener el resultado esperado, llegar al Tribunal Superior de Justicia. No estaba claro si en este nivel participará Burlando. Pero ante la necesidad de tocar las puertas de la Corte Suprema, ahí estará.

El máximo Tribunal primero debe definir si acepta tomar la causa y después analizarla. Para eso hacen falta conctactos fluidos y la familia de Ramiro Gutiérrez espera que Burlando abra las puertas necesarias.