Para muchas parejas tener un hijo es motivo de felicidad, pero esto también requiere un alto grado de dedicación de tiempo y con ello una alta responsabilidad que te lleva a dejar de hacer muchas cosas con tu pareja. 

Por lo menos los primeros meses, un bebé te pide gran atención durante las 24 horas del día y los 7 días de las semanas y esto te agota y lleva a que pierdas las fuerzas para otras actividades necesarias o que eran parte de tu cotidianidad.  Esto trastoca muchas rutinas en el hogar como los horarios de sueño o los momentos compartidos en pareja o con amigos, que antes de tener a tu hijo no era así y a lo que deberás acostumbrarte de un día a otro. 

Un hijo también produce una montaña rusa de emociones que puede llevar a la pareja a que tengan momentos muy felices, pero también muy intensos por los berrinches que puedan causarle su nuevo hijo. En el caso de los padres, la carga emocional es fuerte y llega de repente porque suelen percibir de forma más abrupta la ruptura con su modo de vida anterior.  

En el caso de los papás se vuele diferente en cada nivel del proceso del embarazo y llega a momentos que deben ser más entregados, porque así lo requiere el recién nacido 

Lo cierto, es que los padres deben tener una lata calidad en la comunicación, para que puedan solucionar juntos cualquier inconveniente durante el embarazo o posteriormente al nacimiento 

Por el lado de la madre, también puede ser fuerte debido a que la mujer lleva 9 meses de cambio y cuando nace también sufre otros emocionablemente. Aun así, las alternaciones hormonales sufridas por ésta en el embarazo siguen estando presentes tras el parto y hasta que sus niveles se reajusten. 

Los padres deben saber que las inseguridades sobre su rol como padres y como parejas puede empezar a embargarlos y no deben dejarse llevar por ello. Diálogo, paciencia y comprensión son las tres claves para superar esta etapa sin que los cambios afecten de forma negativa a vuestra relación de pareja.

Hay que decir que esto va a depender de cómo se ha llevado la pareja antes del nacimiento de su hijo y que será necesario para saber cómo se llevarán durante el embarazo y en el nacimiento del niño o niña. 

Lo que normalmente deben hacer las parejas es mantener una comunicación asertiva, para que puedan afrontar las situaciones difíciles que de seguro como cualquier matrimonio podrían tener. Lo anterior, debido a que está demostrado que con una comunicación fluida todo será más fácil de llevar y sin duda alguna tendrán un mejor ambiente como familia y como pareja de forma íntima.

Una de las formas más adecuadas de tener una comunicación amable puede ser el agradecimiento mutuo por lo que cada uno hace en el hogar, lo que mantendrá un clima amable y de amor mutuo.   

Este punto es importante, porque sin importar la edad que tengan tus hijos, debes mantener un espacio en el que se dé el disfrute de la pareja en sí, para poder revivir el amor constante entre las dos personas que se aman. 

Ahora bien, dicho esto, no estamos diciendo en este artículo que ese tiempo deba ser excesivo, porque recordemos que un hijo se vuelve un compromiso de sus padres y que debe ser irremplazable. 

La idea del tiempo o de tener un espacio para la pareja, es para mantener viva esa llama del amor y acabar con la rutina que se toma a las parejas en cualquier momento, pero sobre todo cuando acaba de nacer su hijo.