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Tierra de caudillos sin caudillos

El 2021 será un año electoral en el país. Y por como pintan las cosas Roca volverá a mirar desde afuera esta convocatoria de medio tiempo, donde se renuevan representantes legislativos. Ya no es el tiempo en que la ciudad tenía diputados, senadores, legisladores y hasta gobernadores. Es el tiempo en que Roca se convirtió más en espectador que en verdadero hacedor de la política rionegrina.

Roca jamás perdió su importancia política por el caudal de votos que tiene su padrón, pero sus dirigentes actuales no supieron ni pudieron disputar con fuerza los espacios más importantes de poder en el escenario provincial. Y cualquier candidato que se precie sabe que Roca es una ciudad necesaria para aspirar a tener buen desempeño en una elección.

Pero llama la atención que una ciudad de caudillos, de candidatos y gobernantes con mucho poder, haya quedado políticamente sometida a la voluntad de otros dirigentes que en los últimos tiempos le dieron bastante menos de lo que la ciudad se merece y le corresponde.

Tampoco se escucharon voces en alto cuando las injusticias con la ciudad fueron más que notables, por ejemplo en el último presupuesto que por “error” dejó a Roca con menos obras que varias localidades mucho más pequeñas.

Y cuando no hay representantes que peleen por los intereses de la ciudad ocurre esto, el desprecio, el ninguneo y esa pérdida de poder que parece inexorable. Debemos conformarnos conque la ciudad tenga un vicegobernador, diputados y senadores cuyas voces se escuchan poco y nada cuando se trata de temas locales.

Es llamativa la pasividad dirigencial en Roca. Este año se eligen diputados, pero ni siquiera eso despierta del letargo a la clase política, que con la excusa de la pandemia se limita a opinar de temas macro como el aborto o las jubilaciones. Y desde que Macri dejó el poder ya ni siquiera hablan de la ruta 22 y la inconveniencia del proyecto para Roca.

Roca necesita protagonistas de la política, de esos que están las 24 horas. Claro, político de raza se nace y difícilmente se hace, porque muchos podrán ocupar cargos de relevancia en estos días, pero ninguno es protagonista necesario de la política rionegrina.

Ni el vice gobernador Alejandro Palmieri, ni el diputado Luis Di Giácomo, ni su par Martín Soria sobresalen en este tiempo porque hayan protagonizado algo fuerte en beneficio de su ciudad. Si hay un síntoma de este tiempo en nuestros representantes es la tibieza con que manejan los temas de Roca.

No es con comunicados de prensa que se hace política sino gestionando y resolviendo problemas de los vecinos.

Y si en un año electoral este es el clima de nuestros representantes, qué dejamos para los tiempos en que la política se calma.

Nada queda de los tiempos en que Roca tuvo gobernadores que eran reelegidos. Porque hubo tiempos en que ser intendente de Roca era el trampolín para ser gobernador, como fueron Pablo Verani, Miguel Saiz y Carlos Soria.

Quedaron apellidos, pero esos apellidos sin el respaldo de gestiones fuertes por la ciudad, terminan sin pena ni gloria en la política provincial, como sucede hoy en día.

Por: Jorge Vergara [email protected]

(Gentileza lacomuna)

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