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Un viaje de terror: Una roquense contó cómo fue su vuelo en Aerolíneas

Un viaje de terror: Una roquense contó cómo fue su vuelo en Aerolíneas
Un viaje de terror: Una roquense contó cómo fue su vuelo en Aerolíneas :

Lucía Genoud, cantante oriunda de Roca vivió un viaje de terror cuando regresaba desde Madrid (España), en un avión de Aerolíneas Argentinas. Una turbulencia severa en el vuelo AR 1133 que aterrizó en el aeropuerto de Ezeiza dejó al menos 12 heridos.  

Lucía salió despedida hasta el techo y sufrió una fractura. Así como ella, otros 11 pasajeros más requirieron atención médica.  

: Terrible un vuelo entre Buenos Aires-Madrid sufrió turbulencias y hubo heridos

La cantante reside en Buenos Aires y en diálogo con LU19 contó que el vuelo fue «una pesadilla» y lo vivido, «inesperado, una de esas cosas que pensas que nunca te van a pasar en tu vida». 

«Veníamos desde Madrid en un vuelo súper tranquilo, no hubo turbulencias y faltaban ocho horas para llegar. Muchos dormían y otros estaban despiertos. Yo me paré para ir a buscar algo para tomar y estirar las piernas porque estaba cansada. Leí en redes que hay gente que le echó la culpa a quienes no tenían el cinturón puesto, pero en un vuelo tan largo es difícil», relató. 

Y continuó: «Estaba con una de las azafatas charlando de la vida, pasando el rato porque viajaba sola, cuando se prendió el cartel para aborcharse los cinturones. Nos miramos y pensamos que era algo de rutina o que si había una turbulencia, iba a ser algo leve. Pasaron 10 segundos cuando el avión empezó a moverse y yo ya no llegaba a mi asiento, estaba lejos»

«Automáticamente me tiré al piso y me agarré de donde pude, pero el resto quedaron parados. No tenía mucho de donde agarrarme, creo que le tomé una pierna a una azafata y ella me agarró a mi. La menté se me nubló. Entré en shock y no sabía qué hacer. Empezó la turbulencia, los vasos se caían, se volcaba todo. En un momento fue caída libre. Cuando lo recuerdo se me estremece todo el cuerpo», expresó la joven, con angustia. 

En ese momento, Lucía pensó que iban a caer al océano y morir. Sin embargo, cuando el avión salió del pozo de aire que había provocado la turbulencia fue el momento en el que todo se salió de control. «Volamos todos. Yo llegué hasta el techo, donde me golpeé la cabeza, y caí con el sacro. Fue un látigo, muy violento, como si el avión hubiera dado un coletazo», agregó. 

Una vez estabilizada la aeronave, la rionegrina no podía escuchar ni ver nada más allá de su dolor. Es que se había fracturado y no podía mover sus piernas, por lo que comenzó a gritar. Afortunadamente, a bordo del vuelo iban varios médicos, quienes asistieron a todos los pasajeros heridos de manera inmediata. 

Además, Lucía tuvo dos ángeles guardianes: un integrante de la tripulación, Tomás, y una azafata de la aerolínea, pero quien en ese momento no se encontraba prestando servicio, Eugenia. 

«La atención en el avión fue magnífica. El equipo fue espectácular y trabajaron muy bien, muy humano, eso hizo que no fuera tan duro lo que quedó del viaje. Faltaban 8 horas para llegar, en las que yo estuve tirada en el piso sin poder moverme ni ir al baño porque me había fracturado. Eugenia se quedó conmigo hasta que aterrizamos. Y Tomás me ayudó un montón. Cuando vino la ambulancia me acompañó y no me dejaron sola», aseguró. 

En este momento, la rionegrina se encuentra en Buenos Aires, ciudad en la que vive, recuperándose de la grave herida y con reposo, sin poder moverse. «Ahora le digo a todo el mundo que no se saquen el cinturón. Esto fue algo que no se detectaba en el radar, fue imposible prevenirlo. Siempre hay que tenerlo puesto y ajustado», concluyó. 

¿Qué pasó con el vuelo? 

De acuerdo con lo informado por la tripulación, y según indicó Aerolíneas Argentina en un comunicado, se encontraban encendidos los carteles indicadores de cinturón de seguridad y se había realizado el anuncio correspondiente. 

Los pasajeros que resultaron más comprometidos y que son los que debieron ser trasladados, no tenían puesto el cinturón de seguridad al momento de la turbulencia. 

El vuelo AR1133 salió el martes a las 20:10 desde el Aeropuerto de Barajas, en Madrid, y cerca de las costas de Brasil comenzaron las turbulencias que duraron durante gran parte del tramo final del viaje. 

En total viajaban 271 pasajeros y el vuelo aterrizó en el Aeropuerto de Ezeiza en la madrugada, a las 4:30. Antes de llegar a destino se solicitó la presencia de médicos para que aguardaran la llegada del avión y que los heridos pudieran ser atendidos de forma inmediata. 

La empresa informó que el avión sufrió daños menores en equipamiento plástico interno de la cabina por los golpes tras la voladura de objetos provenientes de los pasajeros. A pesar de los hechos, el vuelo llegó a horario al Aeropuerto de Ezeiza. 

Gentileza anr

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