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Una batalla judicial de décadas por las tierras donde se crió

Dominga Painemán (55) nació en La Esperanza, comunidad de la Región Sur que se encuentra a 190 kilómetros de Roca. Por el trabajo de su padre, llegó a esta ciudad cuando tenía ocho años. Desde entonces vive en un campo ubicado al noreste del aeropuerto y ahora lucha por su tenencia legal, con una batalla judicial que lleva varios años sin los resultados que ella espera.

El inmueble consta de cuatro leguas y fueron varias las personas que vivieron en la locación.

Dominga solicitó a la Justicia que se reconociera la ocupación pacífica e ininterrumpida desde 1978 hasta la fecha.

La mujer denunció que hacen extracción irregular de áridos en el lugar.

A su vez, en 1999 decidió comprar la propiedad a un hombre llamado Loreto Ríos.

“Al jubilarse en 2010 la jueza Burgos, que llevaba adelante mi causa, la jueza Andrea De la Iglesia resuelve que yo no vivo acá. Siendo que desde que se inició el expediente viene gente del mismo juzgado a mi casa a hacerme firmar lo que necesitan. Es una burla lo que me están haciendo”, expresó Dominga.

La tierra en disputa siempre fue propiedad privada, pero no tiene título. Por eso, Dominga se acercó al juzgado para avanzar en una causa que aún no se resuelve.

“En 2005 gané un juicio, por el cual el juez Richar Gallego me otorgó los derechos posesorios para estar en el lugar y hacerme cargo de los impuestos. Tengo todo al día”, indicó la mujer en diálogo con LA COMUNA.

Ahora, para tener la escritura a su nombre inscripta en el Registro de la Propiedad Inmueble le solicitan que realice la mensura de la totalidad de las tierras.

“En 2008 al agrimensor sólo se le permitió mensurar 570 hectáreas por los intereses creados. Ya que se había dado el título de tenencia precaria, pero al parecer hay muchos negocios inmobiliarios con estas tierras”, remarcó la mujer.

Dominga reclama la propiedad de un campo al norte de Roca. Dice que hay “negocios inmobiliarios” que interfieren.

Dominga asegura que actualmente se están violando sus derechos y las órdenes de los jueces al ingresar particulares a la propiedad para extraer áridos para su comercialización.

Solo con la seguridad proporcionada en los recorridos de la Brigada Rural y de la Comisaría de J.J. Gómez, puede dormir en las noches.

“Ingresan con camiones a sacar árido, me han matado muchos animales, me rompieron el alambrado, el vehículo y también los generadores. Por sugerencias de algunos fiscales, no puedo avanzar con las denuncias hasta que no salga el título de propiedad. Desde hace ocho años vengo soportando esta situación”, indicó.

Dominga aguarda impaciente en la casa donde se crió desde pequeña, a la espera del peritaje de la Justicia. Sostiene sus gastos con la ayuda de sus hijos y con una pequeña huerta. Subsiste con animales que alimenta con forraje.

Desde el Poder Judicial informaron que la causa se encuentra en la Cámara Civil, a la espera de un fallo.

“Me han generado un basural dentro del campo. No puedo salir con mis animales a pastorear porque me pueden robar las pocas cosas que tengo. Creo en la Justicia, pero ya vengo esperando y soportando demasiado”, concluyó Dominga.

LA COMUNA consultó sobre el caso en el Poder Judicial y a través de un parte indicaron que la causa ingresó recientemente a la Cámara Civil y aún no está resuelta. A su vez, aseguran existe un pedido de colaboración del juzgado a todas las partes para que busquen sus respectivas copias de un DVD donde quedó grabada una audiencia de 2010, porque el DVD original que estaba dentro de una caja apareció roto.

La reconstrucción de expedientes ante situaciones fortuitas como esta es habitual y está previsto en el Código Procesal Civil el deber de todas las partes de prestar colaboración para poder recuperar lo que se haya perdido o dañado.

(Gentileza lacomuna)

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