A raíz del 8M, trascendieron relatos relacionados con situaciones de violencia de género en la región. Uno de ellos fue un descargo contra profesionales del Hospital Francisco López Lima por un caso de violencia obstétrica, denunciado por Melina González en la red social Instagram. 

La Ley 25.929 establece que la violencia obstétrica es aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, «expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales».

Consultada por un medio roquenseoca respecto de la denuncia, la directoria del Hospital, Ana Senesi, respondió: «Se está haciendo el proceso que corresponde a la investigación». 

En su relato, González, la joven de 20 años que hace la denuncia pública, explica que sus vivencias traumáticas habrían comenzado mientras transitaba su semana 20 de gestación, hace menos de un mes. En ese momento acudió al nosocomio local para consultar sobre perdidas de sangre. 

Allí, cuenta que los profesionales de salud que la atendieron habrían desestimado su preocupación sobre las pérdidas y la habrían enviado de nuevo a su casa. González expresa su preocupación por el bienéstar de su bebe y relata que acudió en reiteradas ocasiones al lugar hasta que en la semana 24 comenzó a sentir dolores en el útero. 

Asustada por las contracciones, una vez más fue al lugar y según cuenta le suministraron medicamentos para calmar sus dolencias. Como los dolores se volvieron insoportables, buscó en Google sus síntomas y allí identificó que estaba sufriendo contracciones. Con miedo de que la trataran de «exagerada», contó que acudió una vez más al Hospital a pedir que la revisaran.  Allí, finalmente se enteró que había roto bolsa y el ginecólogo que la atendió la habría culpabilizado de no haber ido antes a atenderse. 

A continuación, la joven cuenta la traumática experiencia de parto que atravesó. Relató que fue dejada sola en la habitación, que nadie le habría explicado lo que sucedía y que finalmente su bebé nació sin vida. Incluso, refirió, le habrían insistido en que viese al bebé fallecido, sin respetar su duelo y sin recibir un trato humanizado.

Finalmente, termina su descargo contando las secuelas emocionales que sufrió a causa de la pérdida de su bebe y pidiendo por un trato más respetuoso, humanizado y cuidado para las personas que deben atenderse en la salud pública.