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Vivió huyendo de la Policí­a y murió del mismo modo

Vivió huyendo de la Policí­a y murió del mismo modo:

Tras cometer una violenta entradera en la casa de una pareja de adultos mayores en un barrio privado, los delincuentes emprendieron la fuga en el auto de las ví­ctimas, el que volcaron a los pocos kilómetros. Este fue el último golpe para un conocidísimo delincuente roquense que supo fugarse de distintas cárceles de la región e incluso integró una banda de ladrones neuquinos que cometía hechos en Santa Fe hace algunos años.

En plena huida, el Citroen C4 Lounge en el que los ladrones escapaban del barrio privado La Campigna, volcó tras chocar con un puente. En uno de los tumbos, uno de los hierros de las barandas perforaron la carrocerí­a y se incrustaron en la cabeza de Carlos Raúl «Canai» Anaya, conocido por sus constantes fugas de las cárceles rionegrinas utilizando todo tipo de recursos.

El hombre de unos 42 años, era oriundo de Roca, del barrio 500 viviendas, pero su fama había sobrepasado los límites de esa ciudad. Es que desde los 18 años estuvo involucrado en diferentes robos y asaltos a mano armada, también en boquetes y robos a joyerías.

En 2015, fue su última fuga. Mientras estaba en el hospital de Roca, tras una detención, Canai logró evadir la vista del penitenciario que debía custodiarlo durante su internación. Pocos meses después cayó preso nuevamente, luego de un robo en Rafaela, donde actuaba junto con una banda denominada «Los Neuquinos», en el que habían maniatado a una trabajadora doméstica y se habí­an apropiado de un jugoso botí­n.

Según trascendió, Anaya registraba fugas en Roca, Cipolletti y Viedma, pero siempre era atrapado después de cometer un nuevo golpe. Luego de su paso por la cárcel de Cipolletti, de donde se escapó en 2014, fue detenido cuando intentaba cruzar desde Viedma a Patagones, con una gran cantidad de joyas. El botín era el fruto de un boquete en un conocido comercio de la capital rionegrina.

En esa ciudad ya lo conocían, porque años antes había logrado huir del Establecimiento de Ejecución Penal 1 a bordo de un taxi, en compañ­ia de un cómplice.

En su paso por Viedma tejió una relación con Oscar Adalberto Huinca Robles, el otro delincuente con el que realizó la entradera en la casa de los adultos mayores de Roca. Fue este viedmense de 30 años quien tras el vuelco logró escapar del interior del auto robado y después continuó su fuga en un Renault Sandero que le robó a una persona que se encontró con el accidente y decidió parar a brindar algún tipo de asistencia.

Este último ladrón permaneció prófugo toda la noche, pese al importante operativo que se montó en toda la zona rural de Roca para dar con él o con el vehí­culo, que apareció chocado a no tantos kilómetros del primer vuelco. Pero ya entrada la mañana, el hombre salió de su escondite y paró un taxi sobre la ruta 6 y Romagnoli que lo trasladó hacia el acceso a Roca de calle San Juan y ruta 22.

Las heridas en su cara, el barro en todo el cuerpo y un pantalón de buzo colocado al revés, sirvieron para que el conductor del vehículo sospechara y diera aviso a la Policí­a, que lo capturó minutos después. Aunque Huinca intentó brindar datos falsos sobre su identidad, finalmente a través del registro de huellas pudo ser identificado y comprobaron sus antecedentes.

 

Gentileza mejorinformado

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