Desde el comienzo del año, se renueva el cupo mensual para acceder al dólar solidario. Sin embargo, este beneficio destinado al ahorro se encuentra cada vez más limitado y encarecido debido a diversas restricciones impuestas. En enero, se han establecido nuevas trabas y mayores costos que dificultan el acceso y uso de este tipo de cambio.

Uno de los principales obstáculos para quienes deseen acceder al dólar solidario es el aumento del recargo del tipo de cambio minorista por adelanto de impuestos, el cual se ha fijado en un 60% tanto para la compra de dólares como para los gastos en el exterior realizados con tarjetas de crédito o débito. Esta medida ha elevado considerablemente el valor del dólar mayorista, superando los $800 para el cierre del año pasado.

El dólar solidario, compuesto por el tipo de cambio oficial más los impuestos correspondientes, se establece en $1325,20 según las pizarras del Banco Nación. Este monto incluye un 30% de impuesto PAÍS y otro 30% deducible del Impuesto a las Ganancias. Por lo tanto, para adquirir el cupo mensual de US$200, se necesitan contar con más de $265.040, de los cuales $165.650 son destinados a la compra efectiva de los dólares y $99.390 corresponden a los impuestos.

No obstante, acceder al dólar solidario en enero se ha vuelto aún más complejo debido a las limitaciones establecidas. Se encuentran impedidos de comprar dólar solidario:

Aquellos que hayan adquirido dólar MEP o CCL en los últimos 90 días, los que hayan cobrado salarios a través del programa de Asistencia a la Producción y el Trabajo (ATP) durante 2020, los beneficiarios de planes sociales o ayudas estatales como la AUH, los monotributistas con créditos vigentes a tasa subsidiada, aquellos que no tengan sus ingresos declarados, los cotitulares de cuentas bancarias, los que hayan gastado su cupo de US$200 con tarjeta (incluyendo suscripciones como Netflix o Spotify en dólares), los que tengan un plan de pago a 12 cuotas por deudas con tarjeta de crédito, quienes hayan refinanciado deudas con bancos por créditos personales, prendarios o hipotecarios, los beneficiarios del refuerzo de ingresos en mayo y junio de 2022, los que reciben subsidios estatales para el pago de tarifas de luz y gas desde septiembre de 2022, aquellos que accedan a la moratoria previsional para jubilarse sin contar con los 30 años de aportes obligatorios y los trabajadores registrados, jubilados y pensionados de la ANSES que accedan a los nuevos créditos de hasta $400.000.