Los 2,30 metros de ancho no alcanzan para que las bicicletas circulen con tranquilidad. “Es imposible pasar por la bicisenda, hay demasiada mugre” expresó una joven que cruzaba por la zona.

“No podemos ducharnos ni usar el baño por los desbordes cloacales”

Desde hace semanas que las pérdidas de residuos cloacales se han depositado en varios tramos de la bicisenda, una obra que tenía la finalidad de dar mayor seguridad a los transeúntes. 

Los tramos anegados comienzan desde la Avenida Roca y continúan hasta calle Mendoza, la zona más complicada se encuentra frente al Hospital Francisco López Lima. 

Muchos ciclistas se han obligado a volver a circular por las veredas, no solo por la basura urbana que imposibilita el libre trayecto sino también para evitar el olor nauseabundo que desprende el agua retenida desde hace ya varias semanas.